Un testimonio que complica a los ferroviarios

El ex gerente de Ferrobaires Alfonso Severo es un testigo clave en el juicio por el crimen de Mariano Ferreyra, ya que presenció una reunión de la Unión Ferroviaria de José Pedraza el día anterior al crimen, en la que se convocó a “hacer el aguante” para evitar que militantes del Partido Obrero y tercerizados cortaran las vías.

Así surge de la declaración que hizo Severo el 21 de octubre de 2010, un día después del asesinato, cuando denunció que desconocidos en moto u auto habían pasado a la madrugada por el frente de su casa, ubicada en Anatole France 1043, Sarandí, Avellaneda, y baleado el frente.

Según la declaración de Severo, a la que accedió Noticias Argentinas, el 19 de octubre de 2010 fue a la Estación Constitución, a la oficina de la Unión Ferroviaria, tras ser citado por el delegado Humberto Rolando Martínez.

En esa reunión -según declaró- realizada en una oficina de la calle Hornos 11, se les advirtió que a los manifestantes debían “hacerles el aguante” y les dijeron que quien no fuera “se olvidara de todo”, por lo que Severo denunció quitas en el ámbito laboral.

Severo, no obstante, aseguró que no estuvo en la protesta de Barracas, donde fue asesinado Ferreyra, sino que lo que vio por televisión y reconoció allí a personal de Ferrobayres y de UGOFE con quienes había trabajado. Además, el testigo desaparecido dio detalles del funcionamiento de las empresas: en ese sentido dijo que la UGOFE era manejada por el entonces subsecretario de Transporte Antonio Luna, y que dicha compañía trabaja en conjunto con Ferrobayres, estaba a cargo de Pedraza, titular de la UF y principal acusado por el crimen de Ferreyra.

En una segunda declaración ante la entonces fiscal del caso, Cristina Caamaño (hoy funcionaria del Ministerio de Seguridad), Severo dijo que en el Museo ferroviario, en Avellaneda, era “vox populi” que estaban “las armas”.

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