Justificado orgullo por la participación platense en la construcción de un satélite

El feliz desarrollo que va teniendo el satélite argentino SAC-D Aquarius, que acaba de cumplir su primer año en órbita y en cuya construcción participaron activamente investigadores de la Universidad Nacional de La Plata, constituye un justificado motivo de orgullo y así quedó patentizado en el encuentro que se realizó en la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), una de cuyas autoridades puso de relieve que el suceso pone a la Argentina en la primera línea científica a nivel mundial.

Tal como se detalló, el objetivo es la observación de la salinidad superficial de los océanos terrestres y para ello el satélite cuenta con una serie de instrumentos que proveen datos sobre los océanos, el clima y la atmósfera, como medio para determinar los patrones climáticos a mediano y largo plazo. Cabe señalar que durante el festejo, los investigadores argentinos reunidos en la sede porteña de la Conae, se conectaron en teleconferencia con sus pares en el centro de control de misión de la provincia de Córdoba y con investigadores en Estados Unidos y Canadá.

Se recordó, asimismo, que el SAC-D Aquarius fue puesto en órbita a 657 kilómetros de la tierra a las 11.20 del 10 de junio del 2011, tras un viaje de 56 minutos y 42 segundos a bordo del Delta II dispuesto por la NASA. Su plataforma y 5 de los siete instrumentos son de fabricación nacional, su programación y los ensayos de lanzamiento se realizaron también en el país y su diseño está previsto para una vida útil de cinco años.

En muchas oportunidades se ha cuestionado la utilidad de volcar millones de dólares en la realización de estas experiencias. Sin embargo, no hace mucho, un reconocido físico platense enumeró una larga y revolucionaria lista de mejoras a la vida cotidiana, realizadas por los vuelos espaciales, mencionando entre las primeras y más importantes la de combatir contra el flagelo del hambre en el planeta.

Pero lo que interesa aquí es poner de relieve el elevado concepto que se tiene del nivel de los investigadores argentinos y de su trabajo, entre quienes se encuentran, como se ha dicho, muchos científicos platenses que participaron en este emprendimiento.

Lo cierto es que no sólo en ésta, sino en muchas otras iniciativas en curso, mediante convenios u otros acuerdos ya celebrados con numerosos países, los investigadores científicos de nuestra ciudad vienen concretando avances de relieve, en situaciones que redundan en beneficios directos para los estudiantes que van sumándose, como se sabe que ocurre, a los distintos grupos de trabajo existentes en la Universidad.

Subsidios internacionales a distintos equipos de científicos locales, becas de perfeccionamiento para asistir a los centros de estudio mejor calificados del mundo, laboratorios y demás dependencias académicas favorecidos por subsidios y otros estímulos, constituyen en suma reconocimientos objetivos a la capacidad de los investigadores platenses y un importante estímulo para su desarrollo. Ya nadie duda de que la ciencia es el recurso más seguro para lograr el enriquecimiento de cualquier nación y que es deber del Estado apoyarla.

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