Tu pelo habla de vos

Tu cabello dice mucho de vos. El estrés y la falta de tiempo hacen que parezca quebradizo, encrespado, mate y sin brillo. La responsable de estos problemas es la falta de hidratación. Si tenés el pelo seco y estropeado, tomá notas de los consejos que te damos para que luzcas una melena linda y saludable.

Un pelo deshidratado se rompe con extrema facilidad, se cae, se enreda, no crece al ritmo normal y muestra una especial facilidad a la hora de enseñar las puntas abiertas. Si estás en esa situación, es que tu pelo necesita un tratamiento hidratante exprés. Si tu pelo está seco tenés que prestar especial atención a sus cuidados y cuidarlo de manera diaria y constante.

¿POR QUÉ SE RESECA EL PELO?

Un pelo poco hidratado puede provocar incómodas picazones en el cuero cabelludo e incluso caspa. La falta de hidratación llega a este punto cuando se sufre una pérdida de la película hidrolípica, que suele coincidir con el cambio de la estación.

Dicha película se compone de agua y sebo, donde están presentes los minerales y compuestos orgánicos que protegen la piel de todo el cuerpo, incluido el cuero cabelludo, donde está el tallo piloso. Cuando la piel de la zona está reseca o irritada el pelo se hace más vulnerable.

Así, aunque pensemos, de manera errónea, que el cabello está especialmente sensible y débil en la estación veraniega, época del año en que está más expuesto al sol, la sal de mar y el cloro de las piscinas, el cabello sufre en mayor medida durante el invierno, momento en que el frío, el viento y las prendas de abrigo maltratan nuestra melena, lo deshidratan y resecan.

Ocurre por los constantes cambios de temperatura: las calefacciones, el frío o el sudor que provocan gorros o bufandas son los grandes enemigos de un pelo bonito y sano. Por lo que los tratamientos regeneradores y reparadores son tan importantes durante la estación del frío como durante el verano. Un descuido con tu cabellera puede tener terribles consecuencias.

CUIDADOS INTERNOS Y EXTERNOS

En primer lugar debemos resaltar que el tratamiento ha de ser tanto interno, como externo. Internamente, por medio de una alimentación equilibrada y rica en vitaminas y proteínas. Beber mucha agua, frutas, verduras, proteínas, alimentos que contengan vitamina B, como el pescado azul, los cereales integrales, fibras, las nueces, los huevos y el hígado; y vitamina E, como legumbres, frutos secos y aceites vegetales es imprescindible si querés lucir una bonita cabellera.

De forma externa, con aportes vitamínicos como pastillas o con mascarillas regeneradoras, hidratantes y tratamientos cosméticos que podés realizar en casa o en la peluquería.

Además tenés que prestar especial atención al champú y acondicionador que utilices, que deben ser nutritivos.

Pero de lo que no vas a poder prescindir bajo ningún concepto es de una buena mascarilla hidratante. Mascarilla que dejarás actuar al menos durante un par de horas.

Para conseguir una mayor penetración del producto en la zona capilar, tenés que enrollar el cabello en una toalla previamente humedecida en agua y calentada en el microondas, para provocar un efecto sauna.

Realizarás este cuidado al menos una vez por semana, aunque lo ideal es que pudieras hacerlo entre dos y tres veces por semana.

El aceite de oliva y las mascarillas caseras a base de yogurt pueden ser un buen sustituto a las mascarillas cosméticas.

Tras el lavado y aclarado, embadurna los cabellos con aceite de oliva y deja que el aceite penetre durante un par de horas. Vuelve a lavarlo y ¡voila!: hidratación exprés y económica.

Nunca lo recojas cuando aún está húmedo, tampoco utilices secador, deja que se seque naturalmente. Procura no utilizar ni planchas alisadoras, ni pinzas rizadoras.

Todos estos pequeños electrodomésticos acaban de un plumazo con la salud de nuestros cabellos. En caso de ser estrictamente necesario sécalo con secador sin hacer uso del efecto brushing.