Anécdotas detrás de las urnas

La jornada electoral dejó numerosas postales. Desde una presidente de mesa de 16 años en City Bell hasta la protesta con revuelo incluido de un votante en Arturo Seguí. El voto de los mayores.

La presidenta de mesa más joven de la historia

A los 16 años, Luciana Darwiche ya ostenta un récord singular: el de haber sido presidenta de mesa dos veces consecutivas. La primera vez fue en agosto de este año, durante las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), cuando tuvo que ocupar ese cargo en una mesa de la Escuela Número 69 de City Bell, ante la ausencia del presidente designado, en el momento en que fue a votar. Como consecuencia de ese antecedente, en esta oportunidad el Juzgado Federal con Competencia Electoral la convocó formalmente para estas elecciones. De esta manera, Luciana se convirtió en la presidenta de mesa más joven de la historia.

El día que la Ciudad se quedó sin facturas

La opción de pasar la tarde siguiendo los resultados de la elección alrededor de una mesa, compartiendo el mate y unas facturas resultó muy tentadora durante la jornada de ayer. Al menos eso se desprende de la imposibilidad de encontrar cualquier tipo de facturas, alrededor de las 18, en las panaderías de la Ciudad. “Es increíble, no nos quedó nada”, decían desde una panadería céntrica con sucursales en los barrios. “Las facturas se agotaron. Se llevaron todo”, decían, en tanto, en otro negocio del ramo.

Llegó a votar y le dijeron que ya había votado

Cuando Miguel Angel Avalos salió de su casa con la idea de emitir su voto pensó en la cola que podía haber en su mesa. No se le ocurrió que le iba a pasar lo que le pasó: “cuando llegó mi turno me dijeron que ya había votado. En la planilla había una firma que no era la mía y alguien se había llevado mi troquel”. Avalos debía votar en la mesa número 40 de la Escuela Número 1 de Ensenada y denunció su situación ante las autoridades del comicio.

Del proyecto de arreglar un parque a la obligación de presidir una mesa

Antes de ir a votar, la martillera Viviana Artieda había planificado dedicar el domingo a arreglar su parque después de sufragar en la mesa 105 de la Escuela Número 102, de 7 y 32. Pero debió cambiar de planes cuando a las 9,30 llegó a votar y se enteró de la ausencia del presidente de mesa designado. “Gracias a ella pudimos constituir la mesa, porque hubo tres o cuatro personas que antes se negaron con distintos argumentos”, dijo un fiscal. Pronto, Artieda se hizo cargo de la presidencia de la mesa: “ya había sido en otra ocasión presidente de mesa, pero porque me habían designado. Es la primera vez que tengo que hacerlo de esta manera. Pero aunque, claramente, esto alteró el plan que tenía para el domingo, ahora colaboro contenta”, le dijo a este diario.

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