“Envenenó a nuestra hija por dentro”, dijeron los ex suegros

Los padres de la primera mujer de Cristian Martínez Poch advirtieron muchos años atrás “algo raro” en las actitudes del ahora detenido. Su hija falleció en el 2000 víctima de un cáncer, pero el matrimonio está convencido de que el imputado “la fue envenenando por dentro”. “Los médicos nos preguntaron si nuestra hija había vivido situaciones límites”, explicaron ayer en declaraciones periodísticas. Las sospechas recrudecieron con el paso del tiempo y el modo en que fue cambiando el trato con sus dos nietas, quienes días atrás denunciaron al padre.

“(Martínez Poch) no las dejaba venir a casa. Hubo fiestas en las que no las tuvimos con nosotros. Las obligó a dejar el colegio y las hacía trabajar en el negocio de la madre de él”, contó la abuela de las víctimas, aclarando que, hasta entonces, “pensábamos que estábamos tratando con un transgresor”. Según indicó, “no sabíamos de esta monstruosidad”, porque “mientras estuvieron vivos los padres (del acusado) había límites. El padre lo bancaba económicamente y la madre significaba la presencia de una mujer en la casa”. Una vez que ellos murieron, dijo la abuela de las hermanas, la situación cambió radicalmente. Recordó que su hija había denunciado a Martínez Poch por haberlo encontrado en el hogar conyugal con alguna amante, pero, al parecer, no por violencia doméstica.

Los abuelos de las chicas comenzaron a asomarse al horror una vez que el acusado se las “entregó como si fueran dos gatitos” y se mudaron con ellos a su casa de Gonnet. “Empezaron a blanquearnos determinadas circunstancias, como que su papá simulaba suicidarse todos los días”. La mujer se mostró orgullosa por el coraje de sus nietas, cuestionó los tiempos de la justicia y admitió tener miedo de que su ex yerno salga o se escape, porque “es un peligro para todos”.

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