Dos equipos: uno en ataque, otro en defensa

Doce goles en cinco fechas, una cifra que no admite mayores comentarios y que deja a las claras que un equipo así tendrá mayores dificultades para poder conseguir los tres puntos en el torneo.

Como en las primeras cinco fechas, Estudiantes volvió a ser un equipo cuando pasó al ataque y otro, muy diferente, cuando le tocó defender. A tal punto que otra vez se quedó con las manos vacías cuando parecía que tenía el partido servido en bandeja: dos veces ganaba y le volvieron a dar vuelta el resultado.

Como en la primera fecha y la pasada, Agustín Silva no tuvo reacción para evitar que cada remate al arco sea gol. Solo en el segundo tiempo, justo cuando había tapado un tiro con el brazo cambiado Figueroa marcó el tercero, el que terminó por sentenciar la suerte de un equipo que jamás mostró firmeza defensiva.

Pero tampoco todo es responsabilidad del arquero. Empezando por Leandro Desábato, su capitán, que nunca hizo pie en el corazón del área y perdió siempre en el juego aéreo, una constante de todo el campeonato.

De igual modo falló Jonathan Schunke, quien después de la buena imagen mostrada en el campeonato pasado no logró frenar nunca a los delanteros de Newell’s y terminó coronando una actuación para el olvido con un penal y expulsión que lo marginará, al menos por una fecha, del equipo.

Otro párrafo para los laterales. Marcos Angeleri y Germán Ré, quienes ayer sufrieron cuando Urruti, Cruzado, Figueroa y Scocco se tiraron por las bandas. Es más, una demora de Mambrú le permitió a la Lepra ponerse 3-2.

Los defensores, al mismo tiempo, fueron víctimas de un técnico confundido, sin ideas y que en cinco fecha defendió con tres, cuatro y cinco jugadores.

Así, los problemas defensivos le sacaron un triunfo que parecía seguro, cuando dos veces estuvo al frente en el marcador y se terminó yendo con la cabeza gacha y con un futuro lleno de interrogantes.