Cada vez más mujeres recurren a las redes sociales para denuciar maltrato

“Una amiga me propuso subir las fotos a Facebook como protección, para evitar que él me mate. Me daba vergüenza. También es muy duro para mis hijos, pero les expliqué que es un pedido de auxilio porque si el papá me mata, ¿qué va a ser de la vida de ellos? Yo quería que me tragara la tierra y no me encuentre más, y no tener que pasar por esto”.

Quien habla es Analía Maldonado, de 28 años. Vivía hasta hace poco con los 5 hijos que tuvo durante una relación de 12 años con José Augusto Roa, de quien se separó hace dos años y medio por el maltrato físico y verbal. En estos años hizo diez denuncias en comisarías y fiscalías pero ninguna prosperó. Desde que hizo público su caso por la red social, hace unos días, la recibió un fiscal y le asignaron una custodia policial hasta que su ex pareja, que permanecía prófugo, fue detenido.

CASOS

El caso, difundido en los últimos días, genera pavor pero recuerda varios que parecen sacados del mismo molde. Y pone de manifiesto un fenómeno que se extiende cada vez un poco más: el de las mujeres que, ante la falta de organismos que tenga mecanismos rápidos y eficaces, recurren a sitios web y redes sociales para poner en evidencia que son víctimas de violencia de género.

Los ejemplos abundan: el año pasado, basta recordar, Sofía Encisa logró contarle a través de Facebook a su hermana Rocío que era esclavizada y ultrajada por su pareja Oscar Enríquez, y que se encontraba secuestrada junto a sus 4 hijas desde hacía 7 años. A fines del año pasado, en octubre, una joven de 23 años llamada Zulma Abdala subió un video a Youtube denunciando malos tratos de su ex pareja. “Hago este video para pedir socorro a toda la sociedad -decía-. Mi bebé y mi familia pueden morir, yo también estoy en peligro. Tengo miedo, mucho miedo, por favor ayúdenme”. Otro caso emblemático fue el de la platense Gisela González, que, desde su residencia en Tailandia, denunció a través de la webcam en junio del año pasado que su marido la sometía a diversos maltratos. Gracias a esa botella cibernética arrojada al mar, su familia pudo hacer la denuncia y hoy Gisela se encuentra en la Ciudad.

“MAS VISIBLES”

Como se dijo, los casos donde las víctimas recurren a la tecnología para darle una solución a su drama son cada vez más comunes. “Facebook le salvó la vida a mi hermana -cuenta Rocío Encisa-, porque si ella no me mandaba ese mensaje desesperado donde me contaba que él la quemaba, la violaba, le pegaba, la tenía secuestrada, el mensaje que yo hubiera recibido era que ella estaba muerta”.

Claro que, para muchos, el aumento de casos en redes sociales y sitios de videos no significa de manera directa una escalada de casos. “Sucede que ahora estos dramas familiares son mucho más visibles”, asegura Lidia Tundidor, directora del Programa de Prevención y Atención de Violencia Familiar y de Género del Ministerio de Salud provincial. Según ese programa, en lo que va del año ya se atendieron más de 600 casos en los hospitales bonaerenses por violencia de género, cuando durante todo 2012 los casos habían llegado a 490 (ver gráfico)

A casi diez meses de que hiciera público su caso por Youtube, Zulma Abdala cuenta que la pareja denunciada, Richard Pintos, actualmente se encuentra detenido y sería juzgado en diciembre por violento. “El video me salvó la vida -asegura ella-, porque estoy tranquila mientras él está preso, pero además la gente me reconoce por el video, me apoya, me contiene y otras mujeres que pasaron lo mismo que yo me piden ayuda”.

Zulma y su hijo de cuatro años tienen asistencia psicológica y legal. Ella trabaja y participa de grupos de ayuda mutua de mujeres sobrevivientes de violencia “a los que derivo a quienes me piden ayuda”, según cuenta.

Estas mujeres lograron visibilizar su situación y recibir ayuda, “tomar el control de las tecnologías para eliminar la violencia contra las mujeres”, tal como pregona el slogan de la ONG Dominemos las tecnologías, que a través e su espacio en Facebook ofrece herramientas de protección y activismo online contra el maltrato.

También mujeres que han sido abusadas sexualmente decidieron contar sus historias a través del lente de la fotógrafa Grace Brown, creadora del proyecto Unbreakable (https://www.facebook.com/projectunbreakable?fref=ts), que tiene como fin “tomar el poder sobre las palabras que fueron usadas en su contra” según definió su creadora.

Quienes necesiten asesoramiento pueden comunicarse con la línea 144 de atención y contención en violencia de género

En Argentina, la organización La Marcha de las Putas acaba de lanzar una iniciativa similar para que puedan expresarse las personas que vivieron “la violencia ejercida dentro de la denominada cultura de la violación’”.

Desde que en los últimos días Amalia Maldonado publicó fotos y un video en Facebook de su cuerpo violentado, recibió cientos de mensajes de aliento, pero también de mujeres que relatan situaciones similares de violencia de género y de revictimización cuando no son escuchadas ni asistidas por la policía y la justicia.

Argentina cuenta desde 2009 con la ley de protección integral a las mujeres contra toda forma de violencia en al ámbito público y privado, entre otras normas sobre la materia.

Quienes necesiten asesoramiento puede comunicarse con la línea 144 de atención y contención en violencia de género.

Uno de los primeros casos que pusieron en evidencia el rol de las redes sociales para denunciar historias de este tipo, hay que decir, fue sin duda el de Daiana Sperdutti, quien en 2010 subió a Facebook las fotos donde se veían los golpes que le había dado su pareja.

“Subo estas fotos para darle fuerza a las chicas que pasan o pasaron algo como lo que yo vengo pasando desde hace tiempo”, escribió Daiana en su muro de la red social. La joven, de 19 años, que es hija del presidente y sobrina del DT del club donde jugaba su novio, denunció además a su pareja ante la Oficina Fiscal N° 15. Ni bien hizo público su caso en Facebook, comenzó a recibir decenas de mensajes de apoyo. “Me encanta amiga que hayas tenido la fuerza y el valor de admitir y decir que no está bien, nadie tiene derecho a golpearte”, le escribió una de sus amigas.

El caso tiene casi ya tres años pero fue la punta de lanza de un fenómeno que se extiende y que, según quienes trabajan en la problemática de la violencia de género, se vuelve más visible gracias precisamente a las herramientas que brindan las nuevas tecnologías.

“La revolución de las comunicaciones permite una visibilidad que genera mayor conciencia en la sociedad -asegura Tundidor-. Es una herramienta sumamente importante. No sólo porque son utilizadas como canales de denuncia que encuentran un eco inmediato, sino además porque también son utilizadas por muchas mujeres para recordar a todas aquellas que fueron víctimas de los golpes de un hombre. Se trata de esfuerzos organizados, y está claro que esa organización encontró su mejor punto de apoyo en las redes sociales”.