Le ponen una faca en el pecho a una empleada y roban en Bonafide

Fue minutos antes de las 16.00 y actuaron dos menores de edad. El dueño del local denunció que no había “ni un policía”

Foto: Dolores Ripoll

Faltaban cinco minutos para las cuatro de la tarde y en el centro platense había una considerable cantidad de peatones y automovilistas.

Pero aunque parezca increíble, los tres precoces ladrones que asaltaron a esa hora al tradicional local “Bonafide”, en 7 entre 48 y 49, actuaron allí sin pasar sobresaltos.

Unos pocos minutos les bastaron para primero asustar a una empleada con un arma de fuego y dos cuchillos de fabricación casera. Y, luego, para escapar de ese local con algo más de 2.500 pesos de la recaudación.

Todavía visiblemente nervioso por el pésimo momento que se había vivido en su comercio, Rodolfo Alonso (65), le contó a EL DIA detalles de lo sucedido y exteriorizó además su indignación porque “no había en calle 7 ni un policía”.

Sobre cómo se desarrolló el audaz robo, hizo saber que “a las 15.55 llegaron tres pibes que en principio tendrían entre 15 y 16 años”.

Enseguida indicó que “tenían un arma de fuego y dos facas, una de las cuales se la pusieron en el pecho a mi empleada mientras pedían que les diera el dinero”.

El comerciante mencionó que “en esos momentos me encontraba en la parte superior del negocio”.

Una vez que los adolescentes redujeron a la vendedora, “me sustrajeron 2.587 pesos. Tuvieron suerte, porque en estos días que sufrimos muchísimo calor se venía recaudando muchísimo menos”.

Luego aludió a que “uno de estos ladrones demostraba estar muy alterado y trató mal a mi empleada, aunque sin agredirla físicamente”.

“Fue todo muy rápido. Una vez que consiguieron lo que buscaban, salieron a la calle y se mezclaron entre la gente como si nada”, puntualizó notoriamente molesto.

Pero al margen del ilícito que lo tuvo como damnificado, Alonso evidenció estar sumamente contrariado por otra cuestión.

En tal sentido, consignó que “ni bien se fueron los delincuentes bajé y corrí hacia la calle pidiendo a los gritos la presencia de un policía. Pero pese a que el negocio está en pleno centro, en la calle 7 no había ninguno”.

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