El sabor del reencuentro

El Lobo volvió a ganar en su casa después de varias fechas. La última vez había sido en la 10ma. con Vélez

MAXI MEZA ACELERÓ A FONDO Y DEJÓ AL CHAPU BRAÑA EN EL CAMINO. EL LOBO GOLEÓ A QUILMES EN EL BOSQUE

Por W. E.

L a última imagen es la que queda. Es verdad que no fue el semestre soñado, pero saber que es el último partido del año genera algo especial. Tardecita apacible en el Bosque, mucha bermuda, remera y musculosa, olor a fin de año, y las fiestas, ya a la vista...

Paso apurado, muchos entraron al Estadio con los jugadores ya en el campo. El merecido homenaje a Dani Ciancio, histórico masajista albiazul por sus 25 años en el Club.

A esta altura de los acontecimientos, la gente sólo pedía un triunfo para quedarse con esa linda imagen, de romperse las manos aplaudiendo, de gritar “dale Lobo” más fuerte que nunca, y esperar con ilusión el año que viene.

Y Gimnasia ganó, goleó y le dejó un sabor dulce al hincha. El partido se resolvió rápido ante un rival que era una sombra en el campo y ni molestaba al Mono.

La bandera de “La 22” le pedía “fuerza” a Troglio, que paso una semana complicada y el día previo recibió la noticia del fallecimiento de su suegro, que obviamente lo golpeó. Y ese “fuerza” de la que hablaba la bandera también era para Alejandra, su mujer, una Tripera de ley.

Los goles de Vegetti sirvieron para descargar toda esa tristeza del técnico y sus seres queridos por esa ausencia más presente que nunca.

Tarde ideal en el Bosque de fútbol y emociones y goles, que pudieron ser varios más de no ser por la mala definición en la puntada final.

Por eso la impecable ejecución de Licht tocando suave con el “guante” que tiene en su pie izquierdo mientras el golero Cervecero caía despatarrado impotente lejos de la “globa”, ponía algo más de justicia.

Abrazos y alegría en cada rincón en la platea techada, donde los hijos de Troglio se abrazaban con Ariel, primo del DT y apodado por el grupo como el Tirri (por el famoso primo de Tinelli); y en el vestuario local el profe Pablo Martín con yeso y muletas, lo miraba a solas junto al utilero Leandro Ladogana.

El hincha se fue feliz, cantando, porque la despedida del equipo en el Bosque fue con una contundente victoria, y soñando con un 2015 mejor.

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