Multitudinario y emotivo adiós al creador del Chavo y el Chapulín Colorado

Los restos de Roberto Gómez Bolaños tuvieron ayer una despedida masiva en la cancha del América, el club de sus amores

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Miles de personas rindieron ayerun homenaje póstumo al comediante Roberto Gómez Bolaños, mejor conocido como Chespirito, y quien se convirtió a través de sus personajes en ídolo de millones en Latinoamérica.

Niños, adultos y ancianos, algunos ataviados como El Chavo del 8 y El Chapulín Colorado, llegaron hasta el Estadio Azteca en el sur de la capital del país para decirle adiós a uno de los mayores humoristas de la historia reciente de México y cuya influencia superó fronteras para marcar a generaciones de toda la región.

“¡Chespirito, Chespirito!”, corearon los miles de asistentes mientras aplaudían a la entrada del féretro a la cancha del Estadio Azteca. “¡Chavo, Chavo!” y “¡Se ve, se siente, el Chavo está presente!”, gritaron después.

A punto de entrar a la cancha del estadio, miles de niños disfrazados como el Chapulín Colorado recibieron el féretro, el cual fue colocado en el centro, donde dos fotografías gigantes con el rostro de Gómez Bolaños atestiguaban el homenaje.

Poco antes de que iniciara el homenaje, hacia el mediodía, la gente ocupaba no más de una tercera parte del estadio, con capacidad para 100.000 personas, y casa del Club América, el equipo de fútbol favorito del humorista.

En dos pantallas pasaron algunos videos sobre su vida y los personajes que creó, y luego se realizó una misa.

DESFILE DE PERSONAJES

La mayoría de los asistentes llevaban remeras rojas, el color de El Chapulín Colorado, un héroe inusual que era descrito como “más ágil que una tortura” y “más fuerte que un ratón”.

Su viuda, Florinda Meza, y familiares se hicieron presentes para ser testigos de la despedida. Sus hijos llevaban camisetas rojas del Chapulín con un corazón amarillo y las letras CH en el pecho.

“Gracias por hacernos reír” y “Síganme los buenos” se leía en algunos estampados en remeras que la gente portaba.

“Pensé que la gente así no se muere”, dijo Gilberto Romero, un hombre de 47 años que arribó con su esposa y sus tres hijos hasta el estadio al sur de la capital del país.

Aunque muchas personas iban disfrazadas como personajes de Chespirito, y varios llevaban gorros como los que usaba El Chavo del 8, lo que más se veía eran las “antenitas de vinil”, como las que ayudaban al Chapulín Colorado a detectar la presencia de enemigos.

El féretro con los restos del comediante, escritor y guionista partió poco antes del mediodía de instalaciones de la cadena Televisa, para la que trabajó toda su vida, y se dirigía al estadio a bordo de un vehículo descubierto y forrrado de rojo.

Protegido el féretro con un acrílico, en la plataforma también se observaban dos esculturas, una del Chavo y otra del Chapulín, y varios ramos de flores blancas.

Gómez Bolaños, cuyos personajes marcaron a varias generaciones de latinoamericanos, falleció el viernes a los 85 años en su casa de Cancún, en el sur del país.

Los organizadores pidieron a los admiradores del comediante que llevaran una flor blanca para rendirle honores.

Los restos de Gómez Bolaños fueron trasladados el sábado de Cancún a la capital mexicana, donde el comediante nació y vivió hasta 2009, y fueron velados en las instalaciones de Televisa, la empresa con la que trabajó durante cuatro décadas.

El homenaje de ayer es el segundo que se le hace en la casa del América a Chespirito. El sábado, en el partido en que los “azul cremas” avanzaron a las semifinales del torneo local se dio un primer reconocimiento a Gómez Bolaños. Durante el encuentro, un gran cartel recordó al comediante y al minuto ocho del encuentro se proyectaron imágenes de él y sus personajes.


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