La ayuda de una vecina médica no alcanzó

La reconstrucción del momento exacto en el que el comerciante recibía el disparo mortal arrojó matices que motivaron impotencia y bronca entre sus vecinos.

Mientras un jubilado, que estaba con sus dos nietas, veía cómo el delincuente le disparaba al almacenero, ni siquiera los que viven a menos de media cuadra habían escuchado el estruendo.

El alerta a los gritos llegó por parte de esos testigos directos, según se pudo reconstruir sobre la base de sus declaraciones.

Dos minutos antes del asalto, una vecina de la cuadra, que es médica, se había despedido de Pedro luego de hacerle una compra. De inmediato, esa mujer tuvo que regresar al local para intentar salvarle la vida.

“Lo vi tendido en el piso, intenté enderezarlo y empecé a hacerle reanimación”, relató la vecina.

La profesional fue detectando que el pulso de Moabro era cada vez más debil. A la llegada de una ambulancia, la víctima ya había fallecido.

Mientras tanto, la chicarra de la alarma que habían implementado en el barrio, no paraba de sonar, según contaron a metros de donde sucedió todo.

Fue la misma alerta que “el propio Pedro no alcanzó a activar para pedir ayuda”, sostuvieron algunos vecinos.

Detrás del rastro del ladrón que se escapó tras el asesinato, todo fue angustia.

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