Denuncian discriminación en un colegio de Gonnet

Un alumno con discapacidad visual debió cambiarse de escuela tras un presunto incidente con su maestra

LOS PADRES DEL NENE DE 10 AÑOS, QUE TIENE UN SEVERA DISMINUCIÓN VISUAL, DENUNCIARON EL PRESUNTO EPISODIO “VIOLENTO Y DISCRIMINATORIO” ANTE LAS AUTORIDADES DE LA JEFATURA DE INSPECCIÓN REGIONAL

Con sólo 10 años, un menor con severa discapacidad visual debió cambiarse de colegio, cuando sus padres denunciaron un presunto episodio “violento y discriminatorio” por parte de una maestra. Desde la Jefatura de Inspección Regional aseguran que el supuesto maltrato está bajo investigación y que la prioridad es “asegurar la escolaridad del menor”.

Alumno de quinto año de la escuela primaria Nº 18 en Gonnet, el menor directamente no ve del ojo izquierdo y tiene una visión limitada en el derecho. Esto, sin embargo, no le ha impedido integrarse normalmente a la actividad escolar. Todo lo contrario: sus padres aseguran que “se adapta perfectamente y es querido por sus compañeros”.

Sin embargo, los papás dicen que todo cambió hace pocas semanas cuando, según denunciaron, la maestra del niño le habría ordenado que levante del piso un par de hojas caídas. Los padres dicen que, incapaz de verlas, el niño no supo cómo actuar y permaneció inmóvil. La maestra, siempre de acuerdo a la denuncia, le habría gritado: “Me escuchás, sos ciego, ¡no sordo!”. Al mismo tiempo, una compañera de curso del nene que se acercó a ayudarlo también habría sido reprendida y para que regrese a su banco.

Los padres del nene, Gastón y Verónica Patri, se enteraron del supuesto conflicto a partir de los comentarios de otros padres del curso, después de que los propios compañeros contaron en sus casas lo que habría pasado en el aula.

ACTAS Y REUNIONES

De hecho, según comentó Gastón, la situación se planteó en la última reunión de padres, a la que los papás del niño no pudieron acudir porque, según dijeron, la comunicación había sido escrita en el pizarrón, y su hijo, debido a la dificultad visual que padece, no pudo copiarla.

Aunque el menor puede caminar y desenvolverse solo, incluso jugar videojuegos, no es capaz de leer. Para la lectura y escritura depende del sistema Braille.

Sabiendo que la condición de su hijo dificulta el proceso de integración escolar y requiere un tiempo de adaptación de parte de las maestras, Gastón y Verónica habían acudido días antes del incidente a una reunión para conversar con la maestra integradora.

Su preocupación surgía de haber constatado que su hijo no traía nada escrito a la casa: ni tareas, ni trabajos, ni notificaciones de ningún tipo. Esa situación les hizo pensar que probablemente no le daban la atención especial que el menor necesita.

Cuando a los pocos días se enteraron de lo sucedido en el salón de clase, Gastón acudió a la directora del colegio quién, según él, “minimizó el asunto y trató de echarme la culpa a mí por no llevar a mi hijo a clase. Obvio que no lo llevé cuando supe lo que pasó”.

De las actas labradas a raíz de la reunión entre la directora, la maestra y Patri, se desprende que la docente habría reconocido haber utilizado la expresión denunciada por los padres, mientras le ordenaba levantar las hojas. Sin embargo, aclaró que su intención no habría sido discriminarlo por su condición sino “exigirle lo mismo que a los otros alumnos”.

A causa del incidente, los padres del chico optaron por trasladarlo de colegio hasta tanto se resuelva el reclamo presentado ante la Jefatura de Inspección.

Maite Coradazzi, jefa distrital de La Plata, expresó su preocupación ante la situación, asegurando que “hay una investigación en curso que involucrará entrevistas con el personal docente y alumnos del colegio”.

“Garantizar la escolaridad del menor es lo principal”, precisó la funcionaria de la cartera educativa.

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