Juanita, la heredera

Con muy buen rating, la nieta de Mirtha se hizo cargo del histórico ciclo de la diva y causó furor en las redes sociales

Estaba nerviosa, se le notaba, pero sus invitados se la hicieron un poquito más fácil. Juanita Viale, la rebelde del clan Legrand Tinayre, reemplazó ayer a su abuela, Mirtha, en su clásico ciclo de almuerzos. Con picos de más de 11 puntos de rating, su debut en la conducción causó furor en las redes sociales, con elogios por su belleza y despiadadas críticas por su performance.

Con su característica elegancia minimalista, Juanita apareció en escena a las 13.30 con un diseño especial de Evangelina Bomparola. La presión que sentía, por todas las repercusiones que se crearon a su alrededor en los días previos a su debut, quedaron en evidencia cuando mostró sus anillos. “No estoy nerviosa, tengo un tic que me hace mover las manos”, bromeó la actriz, sin poder disimular el temblequeo.

Más adelante, en confianza con los invitados, contaría que se la pasó llorando, abrazada a su papá, víctima del estrés que le ocasiona estar en el centro del ojo mediático. Sin embargo, también aclaró que fue suya la idea de sentarse en el lugar de Mirtha, una silla que, dijo, le queda grande.

Sebastián Wainraich, Coco Silly, Guillermo Cóppola, Antonio Birabent y los hermanos Guillermo y Caito Pfenning fueron los partícipes de un almuerzo diferente en el que, esta vez, la protagonista exclusiva fue Juanita, quien además del debut en la conducción se llevó un sinfín de elogios de sus invitados. Hasta Cacho Castaña, recién dado de alta por un bronquitis aguda, llamó al programa del Trece para felicitar a la flamante conductora, al tiempo que trajo tranquilidad a sus seguidores: “No voy a fumar nunca más”, aseguró.

Pero lo más divertido de la velada fue un llamado que llegó en el tramo final del envío. Después de llenarla de elogios (“Estás absolutamente encantadora, fresca, divertida, espontánea y bellísima como siempre”, La Chiqui, en una especie de co conducción telefónica, le tiró bocadillos a cada uno de los invitados, algo que pareció molestarle a su nieta, quien no dudó en reprocharle: “Abuela, hoy el programa es mío”, una advertencia que Mirtha, fiel a su estilo, no le dejó pasar. “Juanita, ese sillón tiene dueña”. Como para que no queden dudas.

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