La Presidenta vuelve a apostar fuerte por un plan de Kicillof

Por MARIANO SPEZZAPRIA

En medio de una situación económica cada vez más complicada, Cristina Kirchner optó nuevamente por ejecutar un plan que le acercó Axel Kicillof para cambiar la jurisdicción de los bonos de la deuda externa argentina e intentar sortear el fallo del juez norteamericano Thomas Griesa. La Presidenta dio así todo su respaldo al ministro de Economía y comenzó a transitar un camino político para involucrar al Congreso en el litigio con los denominados “fondos buitre”.

La mandataria, que concluyó su mensaje por cadena nacional admitiendo que estaba “nerviosa” y mostrando un gesto emocionado, mantuvo de esta forma en el candelero la controversia con los holdouts, que -según lo reflejan las encuestas- tanto rédito político le otorgó a su administración al presentarlo como una “batalla por la soberanía” del país. El mensaje de la Presidenta fue transmitido al cabo de una jornada en la que se registraron idas y vueltas en materia económica.

La más notoria fue la contramarcha en la aplicación de la ley Antiterrorista para sancionar la quiebra de la imprenta Donnelley, como había anunciado la jefa de Estado la semana pasada. Pero también el Gobierno decidió acelerar el paso con las modificaciones a la ley de Abastecimiento. En cuestión de horas, los legisladores oficialistas pasaron de garantizar un debate amplio a advertir a los opositores con la firma de un dictamen exprés para llevar rápidamente la discusión al recinto.

¿Qué pasó en el medio? En la quinta de Olivos, la Casa Rosada y el Ministerio de Economía no cayó nada bien el pronunciamiento de las principales entidades empresarias del país -que nuclean a industriales, banqueros, compañías constructoras, productores agropecuarios, agentes bursátiles y el comercio a gran escala- contra la iniciativa del Gobierno, sobre todo por el argumento de que provocará una suba de los costos de la producción, que se trasladará a un aumento de los precios.

UNA PELEA TENSA

La confrontación del Gobierno con los empresarios podría llegar este mismo miércoles a tener un capítulo inédito en caso de que los hombres de negocios acepten discutir con los funcionarios designados por la Presidenta -Augusto Costa, Julio Alak y Julián Alvarez- los pormenores de la nueva ley en el propio Senado y frente a las cámaras de televisión. A su vez, la propia mandataria asistirá a la Bolsa de Comercio y se espera un discurso muy duro contra “los buitres de adentro”.

El kirchnerismo comenzó a calificar de esa manera a los empresarios que se oponen a la reforma de la ley de Abastecimiento -que data de 1974 y establece la fijación de precios mínimos y márgenes de rentabilidad, además del arresto para quienes la infrinjan- como una forma de emparentar la controversia con los fondos especulativos ante la Justicia de los Estados Unidos, con las dificultades macroeconómicas que padece la Argentina y que enciende luces de alarma en el campo del empleo.

De hecho, la encuesta de hogares difundida ayer por el INDEC determinó que el desempleo trepó al 7,5 por ciento de la población económicamente activa en el segundo trimestre de este año, mientras que los subocupados pasaron del 8,1% al 9,4%, con lo cual más de cuatro millones de personas tienen graves dificultades para aportar al sostenimiento de sus familias. Los datos certificaron que la economía atraviesa por una etapa recesiva, mientras el Gobierno busca plantear un debate político.

MENSAJE DESDE EE UU

Desde Washington, en tanto, llegó un mensaje contundente a Buenos Aires: el Departamento de Estado no aceptará el pedido argentino para dirimir en la Corte de La Haya el presunto exceso de poder del juez Griesa en su fallo contra la Argentina. En cambio, la administración de Barack Obama insistirá en reclamar al Gobierno kirchnerista que arregle sus cuentas con los holdouts. Los norteamericanos comienzan a considerarse como un “chivo expiatorio” de la crisis argentina.

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