Una balacera frente a la escuela

A las 7 de la mañana alguien llamó al 911 para denunciar que había un joven “que no se movía, en 522 bis entre 118 y 119”. Los primeros en llegar al lugar fueron los policías del CPC zona Norte, a los que se le sumaron los de la comisaría Sexta y DDI. El joven estaba muerto, boca abajo y con un tiro en el pecho, describió un informe oficial.

A 30 metros suyo, al lado del cordón, quedó una pistola calibre 9 milímetros marca Browning, con la numeración borrada. Pero había más. A lo largo de toda la cuadra, y sobre 118 entre 522 y 522 bis, quedaron “10 vainas servidas y un plomo encamisado deformado”, agregaron los voceros.

Los policías preservaron la escena hasta la llegada de los peritos, mientras procuraban identificar al fallecido. Poco después fue su propio padre quien lo reconoció. Sólo se lo identificará como Pablo Nicolás, de 16 años y domicilio en Tolosa. El fiscal Fernando Cartasegna se dirigió a la escena y dio algunas directivas, sobre todo una vez que se confirmó que el adolescente figuraba entre los sospechosos del crimen de Alfredo Coppari. “Se le había allanado la casa”, dijo un jefe policial, aclarando que no había orden de detención en su contra.

La autopsia confirmará la data de la muerte, pero se supone que no fue mucho antes del hallazgo del cuerpo. A las 8.30, en tanto, desde la guardia del San Roque informaron del ingreso de un joven de 19 años con un tiro que le había atravesado el muslo derecho. El contó que lo había herido un sujeto que lo interceptó frente a la escuela de 118 y 522 bis, “cuando se dirigía a la casa de su abuela”. Que el agresor sacó un arma, y, sin decirle nada le disparó y se fue. Comentó que pidió ayuda a sus familiares, quienes lo llevaron al hospital. Se llama Matías y, según la Policía, “salió hace poco de la cárce”.

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