Pequeños cuidados con la Ciudad

Basta recorrer el casco urbano y la periferia de la Ciudad para advertir, a simple vista, que pequeñas medidas podrían marcar una gran diferencia. Hay espacios públicos muy deteriorados por simple falta de cuidado. Un ejemplo son algunas ramblas. La de la avenida 60, en el tramo que va de 1 a 7, están completamente deslucidas y poceadas. No es para menos: se utilizan como playa de estacionamiento. La colocación de pilotes -como se hizo en 51 y 53- permitiría preservarlas de ese atropello y seguramente embellecerlas. Pero ejemplos como ese pueden integrar una lista infinita. La Ciudad necesita grandes inversiones y obras a gran escala, por supuesto. Pero también necesita pequeños cuidados. El aporte no sólo debe ser del Estado, sino también de los propios ciudadanos.

Mejorar la calidad del espacio público debería ser un objetivo prioritario y colectivo. Es mejorar la calidad de vida de todos los vecinos; es mejorar el lugar en el que vivimos todos. Nada más y nada menos.

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