Vamos, vamos los “viejos”

Esta vez no fueron los pibes, sino los más grandes como Licht, Chirola y Lobos los que marcaron el camino hacia el triunfo

Por WALTER EPISCOPO
SENSACIONES

El Triperío fue ayer al Bosque esperando que esa recuperación que se vio el miércoles pasado ante Racing se reafirmara en el torneo local. Porque el equipo de Lechuga Alfaro necesita sumar en el Campeonato. Tarde pesada, de calor, de chori y hamburguesa al paso como almuerzo, pero una tarde de domingo de fútbol al fin, como debe ser.

El clima político del Club se vio claramente en los jardines y alrededores de la cancha con folletos de los candidatos Pellegrino y Cowen, y la mirada de reojo de alguien del oficialismo como diciendo, “no nos descarten”.

Un estadio que se vio colmado, que se reventó en aplausos cuando Alexis Martín Arias salió a hacer la entrada en calor en el arco que da al Bosque, como agradecimiento después de la consagratoria actuación frente a la Academia por la Copa Argentina.

Después, un primer tiempo aburrido tirando para horrible. La gente mediante el grito de “dale Lobo, dale Lobo”, trató de empujar al equipo, mientras se alternaban con algunos gritos para Caruso Lombardi.

Pero lo mejor estaría en el complemento, ya que los ingresos de Chirola primero y Lucas Lobos después, arrancaron ovaciones de la gente. Y la gente no se equivocó, porque se necesitaba de tipos que jueguen a la pelota, y cuando se juntan los que se la dan a los que tienen la misma camiseta, pasan cosas buenas.

El sol apareció en todo su esplendor en el “Juan Carmelo Zerillo” y las gargantas estallaron gritando el gol del Bochi Licht, que pateó el penal con la misma tranquilidad que cuando juega con sus pequeños hijos Matías y Benjamín, en el fondo de su casa en Berisso.

El segundo tiempo fue otra historia: Gimnasia pudo haber metido el segundo, pero terminó pidiendo la hora con los interminables 5 minutos de descuento. Y con el final abrazos que se multiplicaron por todos lados, como el Negro Hernán Zlotnik que volvió a la cancha con su hijo Matías, o en la techada Alberto Lobos, papá de Lucas, que no pudo contener sus lágrimas, como el resto de la familia del “diez”, que volvió a jugar en la cancha de Gimnasia oficialmente, después de 10 años y 10 meses.

Después de una semana que empezó con dudas en la derrota ante Newell’s, las victorias con Racing por la Copa Argentina y Huracán en el torneo, invitan a volver a creer. Por eso el hincha se fue feliz.

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