El déficit fiscal es lo que más creció
| 9 de Octubre de 2016 | 00:28

El creciente deterioro de las cuentas públicas, que están obligando a un creciente endeudamiento externo, está generando algunas críticas desde distintos sectores, aún de los afines a la administración de Cambiemos.
Así, un reciente informe de la consultora Economía & Regiones, fundada por el actual ministro del Interior, Rogelio Frigerio da cuenta que en el acumulado de los primeros ocho meses del año se llegó a un déficit primario de $184.151 millones, lo cual significó un aumento de 46,8% respecto al mismo periodo de 2015. Paralelamente, el déficit financiero creció 35,7% hasta los $162.082 millones.
Sin embargo si se excluyen las rentas del Banco Central y del Fondo de Garantías de Sustentabilidad de la ANSeS, el déficit financiero aumentó 52,3% contra mismo período del año anterior ya que totaliza $292.670 millones.
DESEQUILIBRIO
En los primeros ocho meses del año los gastos primarios (28,9%) crecieron por encima de los ingresos (26%), deteriorando el resultado fiscal primario.
De hecho, esta tendencia ha ocasionado que el déficit fiscal en términos del PBI acumulado aumente de 2,1% (2015) a 2,4% (2016) del PBI en los primeros 8 meses del año.
Este deterioro del resultado fiscal tuvo lugar en un marco en el cual el sector privado hizo un ajuste que fue más que compensado por una mayor expansión del gasto del Estado. Es decir, el sector privado es el único que ajusta, pero el Estado crece más que dicho ajuste; en consecuencia el déficit se incrementa.
Esto significa que casi no se baja la presión tributaria al sector privado, pero sí se le reducen los subsidios a las tarifas de luz, gas, y agua; lo cual sumado al incremento de la inflación, reduce su ingreso disponible en términos reales.
Por el contrario, el sector público no ajusta nada sus erogaciones, que crecen a un ritmo superior a sus ingresos. En este marco, el déficit financiero, comenzó a crecer no sólo en términos nominales, sino que gana relevancia en términos reales.
Esto es importante desde el punto de vista de las expectativas a futuro, ya que el gran ajuste de este año, con la reducción de subsidios energéticos, ya está operando a favor, mientras que otras partidas, como el gasto de capital, que refleja la obra pública las prestaciones en la seguridad social están aguardando para su largada los próximos meses del año.
Al mismo tiempo por el lado de los ingresos, prácticamente no hay reducción de la presión tributaria, que sólo bajaría 1 punto porcentual cuando se compara 2016 contra 2015. En dicha baja estaría sustentada casi en su totalidad en la disminución o eliminación de las retenciones a las exportaciones, lo cual tiene bajo impacto en términos relativos y en el aumento del mínimo no imponible de Ganancias.
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