Mirando el pasado por la ventana
| 14 de Noviembre de 2016 | 01:16

Tras arrasar entre los lectores con más que 15 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo, “La chica del tren” da el salto al cine con una Emily Blunt que lleva con soltura todo el peso de una historia que ya ha seducido a los espectadores de medio mundo.
Con un presupuesto de 45 millones de dólares, mediano para lo que acostumbran los “tanques” de Hollywood, la película ha recaudado en sus dos primeras semanas de exhibición más de 84 millones en Estados Unidos y en países como Australia, Colombia, Sudáfrica, Portugal o Reino Unido, según datos de la web especializada Box Office Mojo, y llegará esta semana a los cines locales, donde la obra de Paula Hawkins no caló tan profundo entre los lectores.
En la cinta, Blunt demuestra una vez más su versatilidad con el papel de Rachel, una mujer que atraviesa una fuerte depresión agravada por su alcoholismo y por la obsesión por la nueva vida de su ex marido Tom (Justin Theroux), junto a su segunda esposa Anna (Rebecca Fergusson), cuya casa ve cada día desde el tren que la lleva al trabajo. Depresiva y alcohólica, la historia se cuenta desde la perspectiva obsesiva de Rachel, y la historia se torna lentamente en un thriller psicológico con algunos dejos de otro éxito editorial vuelto película, “Perdida”.
Este argumento hizo del libro de Hawkins un superventas a nivel mundial. Más de 15 millones de ejemplares vendidos desde febrero de 2015 -de los que un millón fueron de su edición en español-, hicieron de “The Girl on the Train” uno de los libros más populares del año pasado, por lo que la expectación por su adaptación al cine era enorme en EE UU.
La película ha buscado una absoluta fidelidad al texto original y en la que vale la pena la excelente ambientación en unos escenarios de tren de cercanías familiares para muchos de los habitantes de las grandes ciudades y el trabajo de una actriz que vuelve a demostrar que merece mejores papeles.
Tras darse a conocer como la ‘mala’ de “The Devil Wears Prada”, Blunt ha alternado papeles en grandes películas de Hollywood como “Charlie Wilson’s War” con pequeñas producciones como “Sunshine Cleaning”.
Ha navegado con solvencia en géneros tan diferentes como el histórico de “The Young Victoria”, la ciencia ficción de “The Adjustment Bureau”, la comedia romántica de “Salmon Fishing in the Yemen” o “The Five-Year Engagement”, o el thriller de “Sicario” (estas tres últimas disponibles en Netflix).
Y por el momentos se conforma con seis nominaciones a los Globos de Oro -con un galardón por su trabajo en la miniserie “Gideon’s Daughter”-, y no parece buscar el Óscar con el ansia de otras actrices de su generación: prefiere, por caso, prestar su voz a títulos de animación como “Animal Crackers” o “My Little Pony” o aceptar el desafío de reemplazar a Julie Andrews como Mary Poppins en el regreso de este personaje al cine.
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