Liberaron a un joven por el que pedían $ 2 millones de rescate

Es hijo de un comerciante. Pasó tres días secuestrado. No hubo pago. Y hay tres detenidos

“Viví un calvario”. Así resumió un joven de 23 años a los tres días que pasó secuestrado en Lomas de Zamora a manos de una banda que pidió dos millones de pesos para liberarlo, lo golpeó con fiereza y hasta lo forzó a tomar agua de una alfombra. Daniel Calderón (23) fue liberado antenoche sin que mediara pago de rescate, cuando los delincuentes estaban por recibir un bolso con una supuesta suma de dinero. Hay tres detenidos, aunque siguen buscando a por lo menos tres sospechosos más.

La odisea de Daniel había empezado alrededor de las 23.20 del martes pasado en Lomas de Zamora, a metros de la panadería “Las Violetas”, propiedad de su padre.

La policía lo encontró el jueves en una habitación pequeña de una casa de Villa Centenario, a sólo 12 cuadras de la panadería, atado y sobre un colchón sucio tendido en el piso, en el hueco de una escalera. En esa pieza, que se comunicaban con el garage y el lavadero de la vivienda, se secuestró ropa de la víctima y dos armas de fuego, una calibre 22 y otra 9 milímetros de la Policía Federal robada a una agente en Lomas de Zamora.

Además, en la habitación había un pequeño ventilador, un recipiente donde el joven hacía sus necesidades, papel higiénico, una bañera de niños, una toalla y algunas botellas de bebida vacías.

“Viví un calvario, el primer día me pegaron bastante, pero después la pasé mejor y me trataron dentro de todo bien”, contó el muchacho, padre de una nena de un año a la que había ido a ver justo antes de que lo raptaran.

Al momento de la captura, Calderón conducía su auto y los delincuentes se movilizaban en dos vehículos, un Renault Sandero Stepway y un Chevrolet Onix gris, con los que le cortaron el paso. Los secuestradores se lo llevaron privado de su libertad en uno de estos vehículos y, de inmediato, se comunicaron con su padre para solicitar un rescate.

Frente a su casa de la calle Glade al 500, en Villa Centenario, el muchacho contó que “fueron tres días horrendos, pero hoy por suerte y gracias a todas las personas que colaboraron estoy de nuevo en casa”.

“No tengo palabras para decir lo que viví en estos tres días. La verdad que fue muy feo, esa sensación de no saber lo que está pasando y lo que puede suceder afuera y con mi familia”, añadió el joven.

“El primer día me dieron de comer y luego pase un día y medio sin comer nada, estuve solamente a agua y el primer día que me golpearon, bebí agua de la alfombra del piso y luego los días siguientes me ha tocado gente que trató muy bien”, indicó. Según la víctima, al tercer día de secuestro el cuerpo ya no le respondía más y estaba encerrado.

“Había comido muy poco y la verdad es que ya me sentía muy descompuesto y vomité varias veces. Mi hija era lo único que me sostenía para seguir”, agregó. Daniel agradeció el apoyo de su familia, que “fue incondicional”. “Mi papá desde el primer momento hizo todo lo imposible para que yo pudiera estar hoy acá y mi mamá también. La imagen de ella siempre se me venía a la cabeza”, dijo el muchacho.

La madre del panadero dijo sentirse “muy feliz” por la liberación de su hijo. Y su padre Rubén recordó que el abrazo que se dio con el joven “fue algo increíble porque pensaba que no lo iba a ver más”.

Luego, agradecieron a la gobernadora María Eugenia Vidal, a su ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, y al jefe de la Policía, Pablo Bressi.

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