Juegos de escape: una novedosa diversión

Son furor en Europa y desde el año pasado existen en Capital

Los juegos de escape desembarcaron en Buenos Aires, en los barrios de San Telmo y Almagro. Huir de un neuropsiquiátrico, robar un museo y fugarse sin ser visto, viajar en la máquina del tiempo evitando quedar atrapado en el pasado o en el futuro son algunos de los desafíos de la propuesta. Este tipo de entretenimiento (inspirado en los videojuegos) nació en 2007, en Japón, y rápidamente se volvió furor en Asia, Europa y Estados Unidos.

El desafío se basa en las estrategias que un grupo de personas pondrá en práctica para escapar de una habitación cerrada. Para lograrlo deberán descubrir pistas y resolver enigmas. Trabajar en equipo y usar la mente serían las claves para lograr el objetivo en menos de 60 minutos (tiempo máximo de duración del juego).

El desafío descansa sobre las estrategias que un grupo de personas pondrá en práctica para escapar de una habitación cerrada

Los rusos Danil Tchapovski y Alekxandr Matviychuk fueron quienes, el año pasado, trajeron la idea a Argentina. En un viaje a su Siberia natal, Tchapovski visitó algunos de estos bares (allá son furor) y decidió instalar algo similar en Buenos Aires.

Empezaron acondicionando dos salas en el subsuelo del bar que tienen en San Telmo. El boca en boca atrajo clientes y al poco tiempo abrieron cuatro salas más en un edificio contiguo al primer bar. Hospital psiquiátrico, robo al museo, la casa del pirata, viaje en el tiempo, prisioneros de la torre y aventuras peligrosas son las propuestas.

“Invertimos $ 100.000, entre el alquiler del local y la ambientación de los juegos. Lo hicimos artesanalmente, pintando las paredes y fabricando nosotros mismos los objetos. Recreamos los juegos que siempre quisimos jugar: ¿a quién no le gustaría escaparse de un barco pirata o viajar en el tiempo?”, contó en una entrevista Tchapovski.

Los equipos pueden ser de dos a 18 personas. Las reservas se realizan de forma online y el costo parte de los $600 por cada juego.

Padecer claustrofobia sería la única limitación para participar de la experiencia. Aunque hasta cierto punto, porque la puerta se puede abrir en cualquier momento. Hay juegos para toda la familia y otros (como el que recrea una habitación de un hotel alojamiento) solo para mayores de 18 años.

Como medida de seguridad, las salas cuentan con cámaras de seguridad y las puertas se abren automáticamente al cabo de una hora. Los desafíos no implican destreza física, sino ingenio y trabajo en equipo.

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