Se achica en todo el planeta el espacio para la vida silvestre
| 3 de Septiembre de 2016 | 23:40

Especial para EL DIA de National Geographic
“Los espacios para la vida silvestre se están achicando, por lo que la gente entra en un contacto más estrecho con la fauna”, explica Krithi Karanth, bióloga de la Wildlife Conservation Society y National Geographic.
“En algunos lugares, eso resulta del éxito de las políticas de conservación que permiten contar con poblaciones silvestres más grandes y estables”, agrega la experimentada científica.
Entre los años 2000 y 2010, el estado de Karnataka, India, recibió más de 100.000 demandas por daños por conflictos con la fauna que, aunque no son un fenómeno nuevo, dan la sensación de haber aumentado en años recientes.
TENSION
Para resolver la creciente tensión entre los pobladores y la fauna, Karanth ha puesto en marcha un proyecto denominado “WildSeve” financiado por la Iniciativa Grandes Felinos de National Geographic
En los parques nacionales “Nagarahole y Bandipur se encuentran las más altas densidades de tigres y elefantes del mundo”, cuenta Karanth.
“La población de tigres disminuyó en las décadas de 1950 y 1060, pero se recuperó y ha estado bastante estable en los últimos 10 o 20 años”, agrega.
No obstante, el ambiente que da a esta zona de las montañas Ghats una biodiversidad tan rica también es escenario de una economía agrícola diversa e importante.
Con dos objetivos aparentemente antagónicos, la región arde con el conflicto entre el hombre y la fauna.
Karanth y un grupo de investigadores detallaron el conflicto en un estudio de 2013 publicado en Biological Conservation. Concentrándose en cinco reservas naturales, relevaron casi 2.000 hogares dentro de un radio de 10 kilómetros de una reserva.
Los resultados asombraron.
Casi el 65 por ciento de los hogares relevados dijeron sufrir pérdidas a raíz de los animales silvestres, principalmente chanchos salvajes y elefantes.
El 15 por ciento dijo sufrir pérdidas de ganado atacado por tigres, leopardos, zorros y perros salvajes.
Peor aún, Karanth supo de casos de pérdida de vida humana a raíz de ataques de animales que las reservas debían proteger.
El gobierno indio resarce a sus ciudadanos por las pérdidas ocasionadas por especies protegidas.
PROCESO
No obstante para muchos productores el proceso insume tiempo y dinero.
Sólo una parte de esos incidentes se reportaron a las autoridades: 57 por ciento. Las denuncias fueron más comunes en casos de pérdida de ganado o lesiones o muerte de personas, pero muchas menos de lo esperable dado el costo económico de las pérdidas.
La remuneración en los casos registrados fue absolutamente inadecuada: sólo el 30 por ciento de los hogares que hicieron reclamos fueron compensados.
El servicio forestal responde a casos de herida o muerte de humanos o ganado, pero sólo responde a los casos más importantes de pérdidas de cosechas.
Y no indemniza pérdidas causadas por los cerdos, uno de los principales animales que provocan pérdida de cultivos.
A través de su investigación, Karanth dio con una realidad innegable sobre el manejo de la vida silvestre: para tener éxito en la conservación, las comunidades locales- de todo el mundo- deben apoyarla. Pero en India, el nivel de desconfianza entre los funcionarios encargados de la conservación y los pobladores locales es extremadamente alto.
Karanth desarrolló un sistema para reportar conflictos con la fauna usando teléfonos celulares. Así, ante un incidente, los pobladores pueden llamar a una línea gratuita y dejar un mensaje de voz con los detalles acerca del incidente. El mensaje es transferido a un coordinador que envía una cuadrilla la lugar.
El proyecto fue lanzado inicialmente como programa piloto en 20 pueblos en 2014. Tuvo éxito. Entonces se puso en marcha en otras dos reservas, Nagarahole y Bandipur, con poblaciones grandes de animales silvestres e historias de conflictos. El programa completó su primer año y superó las expectativas de Karanth. Hasta la fecha, WildSeve ha respondido 3.420 llamados. En cada conflicto, el equipo visita el lugar- dentro de un periodo de 2 a 4 horas de recibida la llamada- y documenta los daños. Casi un tercio de las demandas han sido indemnizadas, lo que equivale a casi 1.000 familias. Sin embargo, consideran que el dinero no es la única medida del éxito.
“La verdadera contribución seda cuando se recibe esa llamada y uno se acerca al lugar y responde, cada vez. Ahora la gente confía en que alguien se preocupa y vendrá a ayudar”, resume Karanth.
“El proyecto es un primer paso en el reconocimiento del costo humano de la conservación”, explica a Paul Robbins, experto en conflictos del hombre y la fauna, de la Universidad de Wisconsin.
Además del objetivo principal del proyecto, es importante la obtención de datos. La información reunida por el equipo de campo permitirá ver quiénes se ven más afectados por la fauna, y dónde se repiten los conflictos con mayor frecuencia.
“El experimento en India plantea: ¿puede la fauna vivir rodeada de gente?”, explica Robbins. Con WildSeve, Karanth tiene la esperanza de que la respuesta sea afirmativa.
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