Avanzó siempre, pero su ambición le reclamaba otra manera de atacar

Mientras Viatri estuvo frío, como ausente, el vendido Anselmo luchó y exigió al fondo Pincha. La tibieza condenó al de mejores individualidades

Por

Martin Mendinueta

OPINIÓN

Si hubiera ganado en la definición con tiros desde el punto del penal, la alegría por recibir otro cheque suculento, y por haberse metido entre los ocho mejores de esta Copa Argentina, probablemente hubiese atemperado las críticas que terminó engordando la eliminación.

Estudiantes tiene que estar enojado consigo mismo. No supo ser protagonista. A su ambición triunfalista le faltó respaldo en el juego. Repetitivo en la impotencia, terminó pensando que lo ganaría en los penales. Y allí perdió.

Más allá de las virtudes de Unión (Madelón dispuso una formación con escasa distancia entre líneas y sus hombres le respondieron con inteligencia), el Pincha no supo incomodar a su oponente. Es cierto que los defensores “Tatengues” (Leonardo Sánchez fue una máquina eficaz de rechazar por arriba y por abajo) cumplieron una buena tarea, pero a sus aciertos destructivos los potenció la tibieza del que era considerado “favorito”.

Vacío de inventina y carente de asociaciones precisas en tres cuartos de cancha, los de Nelson Vivas parecían no darse cuenta de cómo pasaban los minutos. Apenas mejor que Lucas Rodríguez y Augusto Solari (su declive personal es pronunciado), Juan Cavallaro podrá contar que tuvo en su botín derecho la situación de mayor riesgo para Nereo Fernández. Después de aquel buen remate desde la media distancia, fue reemplazado por el hasta ahora sólo prometedor Jeisson Vargas. Y entonces, Estudiantes se apagó por completo.

el nueve es un problema

 

Lucas Viatri es un centrodelantero de características especiales. Rico técnicamente, aunque demasiado frío. Sabe todo el libreto, pero lo aplica muy de vez en cuando. El último sábado decepcionó por completo. Jamás impuso condiciones; perdió adentro y afuera del área.

¿Qué hará el DT con él? ¿Lo mantendrá como titular o, mientras espera que cumpla la sanción Javier Toledo, probará con Ignacio Bailone? O quizás con Carlos Auzqui, la contracara del ex-delantero de Boca. Auzqui no tiene la técnica de Viatri. Y muchísimo menos su aparente desidia.

Por el plantel que armó, de lo mejor del fútbol argentino, Estudiantes vive como una severa decepción esta temprana eliminación. Unión siempre supo que es menos y actuó en consecuencia. Pensó y desplegó sus modestos recursos para complicarlo. Todos entendieron y aplicaron el libreto; también Federico Anselmo (sigo sin entender porqué Estudiantes no lo utilizó después de su muy buena experiencia en Atlético de Rafaela).

de tres, quedan dos

 

Ahora tiene la Copa Sudamericana y el torneo de Primera División para focalizar sus esfuerzos. Belgrano, que avanzó a cuartos de final de la Copa Argentina, superando a Defensa y Justicia, seguramente no jugará tan mal en Córdoba como lo hizo en La Plata. El otro objetivo es de largo desarrollo; en cambio, la agenda internacional le demandará al “León” sobreponerse con rapidez.

La manera de atacar y algunos intérpretes de esa faceta clave tendrían que revisarse.

Si Nahuel Losada, que tuvo una actuación correcta, hubiera sido héroe en el estresante mecanismo para definir el pleito, las críticas no estarían tan expuestas. Se sabe, los resultados dulces alfombran defectos. Las fotos sonrientes fueron para Nereo Fernández y a Estudiantes le quedó la incómoda preocupación por haber jugado sin al menos una gota de inventiva.

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