El recuerdo de sus dos visitas a la Argentina

La Madre Teresa de Calcuta visitó Argentina dos veces en su vida, pero dejó en el país una cantidad innumerable de ejemplos de vida y de inspiraciones con las que sus discípulos continúan trabajando en la actualidad en pos del cuidado de “los más pobres de los pobres”.

En 1978 se creó la sede de “Las Misioneras de la Caridad”, llamado el hogar de la paz y la alegría, situado en Zárate, provincia de Buenos Aires. Por eso ella realizó su primera visita en 1979, poco antes de recibir el Premio Nobel de la Paz. Asistió en forma personal y silenciosa a conocerla, visitó Villa Angus, Villa Ciriaco y la Carbonilla (todas en Zárate) ya que, según sus palabras: “aquí la gente conoce del hambre, la pobreza y el frío”.

En 1982 volvió a la Argentina, oportunidad en que recorrió algunos predios y ciudades, entre ellas La Plata, pero pidió especialmente conocer la sede de Cereliza en Zárate, y según testigos ella dijo: “nuestros chicos y viejitos enfermos son trasladados en un vehículo, cuidados y atendidos gratuitamente y con mucho amor; quiero conocer a esa gente”.

EMOCION INOLVIDABLE

Según los registros periodísticos y eclesiásticos de esos años, la Madre Teresa ingresó en la sede “con una presencia frágil, pequeña y etérea, todo pareció iluminarse y lentamente recorrió sus instalaciones, los pacientes asombrados la miraron y con lágrimas en los ojos no podían creer que era ella. Comenzaron a besarle las manos, temblando de emociones e incomprensión. Ella en silencio sonrió y les acarició la frente, bendiciéndolos”. Luego se dirigió a la presidenta del hogar, Carmela Gesulado, quien emocionada le dijo: “Gracias por lo que haces por mis enfermos”. Luego le tomó las manos y suavemente susurró: “ hay mucho para dar en estas manos, continúa haciéndolo”.

Carmela Gesualdo, que sufría problemas cardíacos, le explicó entre sollozos: “ Madre, a veces siento que no tengo fuerzas, no sé si podré hacerlo, no tengo su virtud ni su grandeza”, a lo que la Madre Teresa le contestó: “sí la tienes, Dios te colocó en este lugar y él mismo te dirá hasta cuándo, sólo escúchalo, porque él está aquí; donde hay amor allí está Dios”. Al retirarse del lugar, su luz había dejado un estado de gracia y de paz que nadie pudo olvidar.

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