Los dueños de la calle
| 11 de Enero de 2017 | 01:58

Varias lecturas se desprenden de los serios incidente con los puesteros ilegales de los alrededores de Plaza Miserere. Lo ocurrido ayer podría ser el espejo en el que, tal vez, deba mirarse la Municipalidad de La Plata para resolver el problema de la venta ilegal autóctona.
Otra mirada podría resaltar la férrea postura del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta que, ya como jefe de Gabinete porteño, había logrado recuperar el espacio público en la calle Florida, en las veredas de la estación Retiro del ferrocarril Mitre y en la avenida Avellaneda, en Flores.
Once y sus manteros era el problema más difícil de resolver. Allí se concentra el núcleo duro de la mafia de la venta ilegal y la reacción ante el operativo policial así lo confirma.
Y, aunque se sabía que liberar las pocas cuadras que van por la avenida Pueyrredón, desde Corrientes hasta Bartolomé Mitre no iba a ser tarea fácil se incurrió en varios errores. El más grave fue el de permitir durante doce horas que los vendedores ilegales -apoyados por punteros politizados- hayan mantenido el control de la calle y del tránsito en uno de los núcleos gordianos del transporte porteño. Una anárquica asamblea resolvió anoche mantener el piquete y la protesta. La calle, por ahora, tiene dueño. Y no es de todos.
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