“Ahora la crítica puede ser más cruel”

Una de las viejas mesas de madera del Country es el punto de reunión con Mariano Pavone, el delantero de Estudiantes que desde la llegada de Lucas Bernardi perdió su lugar como titular. Sacude unos pastos que están sobre el asiento, acepta sacarse unas fotos y se sienta. Está de muy buen humor, sonríe y mira la hora antes de comenzar a hablar.

Desde hace unas semanas la prensa lo busca para saber sus sensaciones luego de quedarse afuera del equipo. Pero el hombre responde con un mensaje contundente: “Está todo bien”. Y lo está en serio. Lo cuenta durante la charla y lo repite después. En el medio, se suceden dos situaciones que avalan sus dichos. Primero pasa el Gringo Priotti y lo despide por el fin de semana largo. “No pienses en el fútbol, descansá Tanque”, le grita antes de subirse a su camioneta. De inmediato aparece Bernardi y también se saludan de manera amistosa. A Pavone le tocó quedarse afuera los últimos dos partidos, pero no se bajoneó porque sabe que más pronto que tarde tendrá otra oportunidad.

-¿Cómo te encuentra este momento en Estudiantes?

-Bien, me gustaría estar dentro del once titular, pero más allá de eso estoy trabajando para dar lo mejor y volver al equipo. Si eso no es posible, aportar desde el lugar que me toque y aprovechar los minutos que tenga.

-El técnico dio sus explicaciones y contó que el equipo no puede abastecerte todavía. ¿Vos qué explicación le encontrás a tu salida?

-La visión de Lucas (Bernardi) es respetable porque es el técnico. Uno puede pensar distinto o no, pero no hay problema. Ahora trataré, en base a los entrenamientos o a los minutos en cancha, pueda cambiarle su opinión. En lo personal puedo decir que me encuentro bien, física y futbolísticamente. Es más, en el último partido que jugué contra San Lorenzo, a pesar que fue derrota, me había sentido bien en lo que es mi fuerte: aguantar la pelota para generar espacios.

-Esa noche hiciste un gol y sos el goleador del equipo...

-Sí, me hubiera gustado hacer más goles sobre todo en la Copa Sudamericana y contra Arsenal, que tuve un par de chances. Ojalá pueda aportar más goles, que es lo que más me van a exigir teniendo en cuenta que soy delantero.

-Al margen de lo individual no están viviendo el presente que imaginaron...

-Puede ser. Lamentablemente no se dieron los resultados principalmente en la Copa, que era el gran objetivo. A pesar de no haber jugado una serie brillante no merecimos quedar eliminados. Creo que la perdimos en Paraguay, un partido en el cual tuvimos chances claras de marcar y no pudimos. Eso hubiese cambiado la historia. Pero ya es pasado.

El Tanque tiene 35 años y el próximo lunes 30 se cumplirán 17 años de su debut en Primera. Fue en Estudiantes club en el cual jugó 190 partidos y marcó 60 goles. Pero no fueron fáciles sus inicios en el Pincha, en un equipo que no jugaba la copa sino que peleaba el descenso.

-¿Te acordás?

-Sí, no me resultó fácil ganarme un lugar en Estudiantes. Era una época difícil. Me acuerdo que debuté con Oscar (Craviotto). Le guardo un enorme cariño porque me dio la chance. Era un plantel que tenía muchos juveniles y varios jugadores con experiencia. Por suerte tuve dos técnicos que me ayudaron muchísimo, Carlos Bilardo y Mostaza Merlo.

“Al comienzo de mi carrera recibí muchas críticas, pero por suerte no era como ahora, en tiempo de redes sociales, que pueden ser muy crueles”

-¿Te afectaban las críticas?

-Un poco sí, porque no es fácil jugar cuando hay murmullo o si sabés que te resisten. Pero por suerte no era como ahora, en tiempo de redes sociales, que pueden ser muy crueles. No hay filtro ni medida, ahí la gente te dice cualquier cosa y en un jugador juvenil puede afectar de una manera negativa.

-El otro día Lucas Rodríguez hablaba de que sentía las críticas pero trataba de no darles importancia...

-Y sí, es una realidad. En mi caso personal no tengo Twitter, Facebook ni Instagram. No me fijo y no es saludable andar mirando qué dicen los hinchas. Pero el problema es que no sólo opinan los de tu Club, lo hacen todos con nombres truchos o cuentas anónimas. A los más jóvenes les aconsejo que no se metan en eso porque si bien las redes sociales te pueden ayudar un montón a la hora de la difusión, también son un arma de doble filo.

-Pero no te llegan los comentarios negativos...

-Trato de evitarlos. Mis amigos y mi familia ya saben que no me interesa saber lo que dijeron o escribieron sobre mí.

DE BILARDO A SIMEONE

Durante la charla Mariano Pavone destaca dos entrenadores que lo formaron: Carlos Bilardo y Reinaldo Merlo. “La llegada de Bilardo fue determinante para la camada que estaba en aquel momento. Fue un antes y un después. Me acuerdo que en aquellos años de Estudiantes salía un cuadrito en los diarios nacionales y ni se hablaba en las radios. Cuando llegó, después de una mala campaña con Cacho (Malbernat), todo cambió. Eso nos potenció a varios. El día que dirigió su primer partido fue algo inolvidable. A los pibes nos dio un impulso tremendo”.

“La llegada de Carlos Bilardo a Estudiantes fue determinante para la camada que estaba en aquel momento. Fue un antes y un después”

Pero sin lugar a dudas el técnico que le cambió la cabeza fue Merlo. Así lo recuerda: “Nos motivó. En mi caso potenció mi juego y fue importante. Me acuerdo que en la previa de un partido con River me dijo ‘vas a hacer dos goles, vamos a ganar, vas a ser la figura y mañana serás la tapa de todos los diarios’. Se cumplió todo. Desde ese día teníamos una cábala: el me avisaba y luego yo lo reconocía públicamente. Con Mostaza hicimos muy buenas campañas y en lo personal me fue bárbaro. En su primer torneo hice como 14 goles. En toda la temporada marqué 20 en total”.

-Con Simeone se vio la mejor versión de Pavone...

-Y sí, porque además estábamos físicamente de primera. El Cholo nos implementó un sistema de entrenamiento europeo, corto pero intenso. Además se produjo el regreso de Sebastián (Verón) que nos dio una jerarquía colectiva muy importante. Con Simeone hicimos dos campañas inolvidables, a pesar de que el debut no fue el mejor.

-¿Por qué?

-Porque perdimos el partido revancha de la Libertadores contra San Pablo, por penales. Ese fue su debut. No jugamos la Bruja y yo, que me habían echado en el partido de ida junto al defensor de ellos, André Dias, que después se fue a la Lazio. Fue un golpe muy duro. Pero nos reencontramos a los dos días en el Country y dijo que en diciembre íbamos a salir campeones. Desde ese entonces me quedé con ganas de jugar la copa Libertadores otra vez.

-¿Cuántas veces más la jugaste en tu carrera?

-Solo una vez, en Lanús. Hicimos una buena campaña, llegamos por primera vez en la historia del Club hasta octavos de final. Nos eliminó Vasco da Gama.

-¿Ya empezás a palpitar lo que será la Libertadores con Estudiantes?

-Sí, no tengas dudas. Si bien es cierto que todavía nos quedan varias fechas por delante y tenemos la obligación de sumar la mayor cantidad de puntos, a la vuelta de la esquina está la copa. Y no es lo mismo jugar la Libertadores en Estudiantes que en otro lado. Es especial. Hay una mística aparte. Me acuerdo lo que fue la que jugamos en 2006, todos partidos especiales: darle vuelta las cosas Sporting Cristal, ganarle a Santa Fe en el último minuto, el partido con Bolívar, los cuartos de final con San Pablo... Son partidos que no me los olvidé nunca más.

-Recién dijiste mística y está en el tapete la presencia de Manuel, el sanador espiritual que acompaña a Estudiantes a todos lados. ¿Qué lugar le das vos?

-Lo conocí acá. Tiene buena onda y aporta energía positiva. Me cae muy bien. No es brujo como dicen algunos para titular, es un sanador que ayuda a la gente. En mi caso lo escucho y me parece perfecto. Después que cada persona le otorgue el lugar y credibilidad que quiera.

-¿Cómo encontraste el Club en esta segunda etapa?

-Muy bien, en franco crecimiento. Los chicos que están en inferiores tienen que valorar las instalaciones que tienen y la estructura. Hoy tienen canchas, ropa, alimento, escuela, médicos, profes, kinesiólogos, psicólogos, nutricionistas... En mi época vivíamos en el Demo que no tenía nada que ver con ésto. A los años pasé a una pensión en 7 y 35...

-¿Seguís yendo a Tres Sargentos, tu pueblo? ¿Ya le pusieron tu nombre a una calle?

- (se ríe) No, no hay ninguna calle con mi nombre. Voy seguido y lo haré este fin de semana. Ahí soy el Pato y me siento a gusto. Me da una paz terrible volver a encontrarme con mi gente. Seguimos siendo unos 400, pero cerca está Carmen de Areco. Ahora me reencontraré, además, con mis hermano, Gonzalo y Tomás.

-¿Un voto de confianza este fin de año para Estudiantes?

-Sí, totalmente. Hay buen plantel para pelear cosas importantes.