A dos meses de la tragedia del alud en Volcán, muchas familias todavía no tienen donde vivir

Edición Impresa

A dos meses de la tragedia de Volcán, la localidad jujeña que fue prácticamente arrasada por un alud, aún hay decenas de familias que no tienen donde vivir.

El 10 de enero último, entre las ocho y las diez de la mañana, cayeron 170 milímetros de lluvia, cuando el promedio anual es de 314. El alud sepultó 42 casas ubicadas en lo que se llamó “la zona roja”, la más damnificada por estar cerca de la quebrada, y entre lo que queda de las paredes todavía puede verse el barro seco y agrietado llegando casi a los dos metros.

La familia Rodríguez vivía en la Manzana Uno de Volcán, la más afectada por el alud que cayó hace dos meses sobre esa localidad jujeña. Su casa tendrá que ser demolida y ellos siguen viviendo en el Regimiento de Infantería de Montaña de San Salvador de Jujuy. No quieren volver, “cada vez que llueve, mis hijas lloran”, cuenta Patricia Videla de Rodríguez, quien señala que “tenemos que volver a empezar, como cuando llegamos desde Mendoza hace nueve años. Vinimos a trabajar en la calera y alquilábamos una casa que está destruida, salimos con lo puesto”.

La casa de los Rodríguez estaba en la manzana más cercana a la quebrada de Los Filtros, por donde bajó el volcán, como llaman los locales a los desprendimientos de lodo y piedras del cerro que se producen en la época de lluvias, porque se parecen al derrame de lava de un volcán en erupción.

Patricia y su familia vivían al lado de los Zambrano, las dos personas que permanecieron desaparecidas durante diez días hasta que sus cuerpos fueron encontrados a una cuadra y media de su casa; Elena tenía 77 años y era ciega, su hijo Juan Carlos tenía 59.

El alud dejó otras dos víctimas fatales, una pareja que fue encontrada al lado de una camioneta cerca de Volcán, en el distrito de Tumbaya.

Fuera de la zona roja quedan las áreas “medianamente afectadas” -según definen las autoridades locales-, donde las casas no serán derribadas pero aún no pueden ser habitadas; allí, los habitantes junto con soldados del Ejército, siguen trabajando para limpiar y rescatar algunas de sus pertenencias.

En Volcán también los comercios perdieron todo.

En la casa de Daniel Maidana funcionaban dos comercios que manejaban él, su padre y su hermano. La casa aún no está habitable, como muchas de las viviendas del pueblo, donde la mayoría fueron alojados por familiares en otras localidades de la provincia y otros permanecen en centros provistos por el Ejército.

Y del comercio tampoco quedó mucho. “Teníamos un almacén y una librería, preguntamos en Salta cuánto valen las fotocopiadoras ahora y nos dijeron que 100.000 pesos cada una, teníamos tres”.

En el almacén, a su vez, todavía se ve amontonada la mercadería que ya no podrá vender, pero aún no quiere tirar.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE