Comienzo agridulce para las Cebras

Las Cebras mostraron dos caras en estos dos partidos inaugurales como locales de la temporada 2017 de la Liga Femenina. En el primer eslabón del fin de semana, el viernes frente al conjunto de Liniers, diputaron un partido reñido y cargado de emoción que se terminaron llevando por 55 a 52. Luego, el domingo, frente a las últimas campeonas quienes las vencieron en la final pasada, cayeron por un contundente segundo tiempo por 68 a 36.

En el debut, vivieron un partido cambiante y vertiginoso con muchas alternancias en el dominio del luminoso. Tras un arranque parejo, las Fortineras tuvieron un mejor cierre del cuarto inicial y un mejor comienzo del segundo que, con un parcial de 6-0, les dio la ventaja de 8 a 18. Aún así, las Cebras mejoraron de camino al vestuario y así terminó la primera mitad con la visita arriba por 25 a 31.

En el complemento la historia dio un giro rotundo y las Cebras mostraron un nivel similar al de la temporada pasada. Con Andrea Boquete y Celeste Cabañez como figuras dieron vuelta la historia y pasaron a dominar por 37 a 32. Ya en el episodio final, Vélez mejoró, jugó con mayor intensidad, pudo ponerse al frente, pero en el epílogo de la historia, las anfitrionas hicieron sentir la localía y se quedaron con un ajustado triunfo por 55 a 52.

El otro cruce fue de mayor complejidad frente a un elenco Granate que busca defender el título que le ganó a las Cebras en la final del 2016. Los 20 minutos iniciales fueron de una paridad absoluta en la que Lanús dominaba. Estrella no dejaba que se alejaran y se mantuvieron a una o dos posesiones de distancia con Ornella Santana y Celeste Cabañez como estandartes ofensivas.

En el complemento las visitantes contaron con una Natacha Pérez intratable que comandó los hilos Granates en ataque y le dio una ventaja de dos dígitos que comenzó a marcar el rumbo del pleito. Con un 32 a 47 reflejado en el marcador, Lanús tomó confianza en el último episodio y jugó con total seguridad y, sin titubeos, cerró el triunfo por 68 a 36.

Este golpe les servió a las dirigidas por Leandro Castro para medirse frente a un rival de mucho peso como es Lanús. Si bien estuvieron a la altura de las circunstancias durante el primer tiempo, cinco minutos de desconcentraciones derivaron en un partido con una disparidad muy grande. Será cuestión de asumir los errores para tomar los recaudos necesarios de cara a los siguientes enfrentamientos.

Quedó demostrado a simple vista que las de Berisso cuentan con armas para volver a dar lucha, pero deberán ajustar estas cuestiones para volver a consolidarse. Un buen punto de partida para esto, será el siguiente cruce en el que recibirán a Peñarol de Mar del Plata por la tercera fecha de la Liga Nacional Femenina.