Nada nuevo bajo el sol del kirchnerismo

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•.- Nada nuevo bajo el sol. La misma mecánica, los mismos “bondis” movilizando militantes; el mismo discurso para diferenciar a los “buenos” de los “malos” y ninguna definición de fondo. Hubo liturgia kirchnerista y nada de liturgia peronista.

•.- Ella eligió pararse sola frente a la militancia; ella y su discurso. Sola. Tal vez haya sido una manera de mostrarse por encima del resto para decir todo lo que la gente esperaba escuchar.

•.- Hubo críticas para el presidente Mauricio Macri, hubo frases que parecían destinadas a la gobernadora María Eugenia Vidal y también otras cuyo destinatario parecía ser Florencio Randazzo.

Centro gran parte de su discurso en ejemplificar las críticas que desde todos los sectores se le hacen al actual gobierno: los magros logros económicos, el aumento de las tarifas de los servicios públicos , la caida del consumo y de los puestos de trabajo.

No se le escuchó, por cierto, ningún atisbo de autocrítica a lo que fueron sus ocho años de gobierno.

Se emocionó con una militante que lloraba junto al palco y pidió que no la hicieran llorar. “Hoy no puedo llorar”, se le escuchó decir.

•.- Dijo todo, menos lo más importante: ¿Será candidata? Lo más cerca que estuvo de una definición fue su “vengo ahora a sumarme como una más”. No fueron esas palabras una definición, precisamente. Debajo, en el campo, y en las tribunas, había miles que también habían ido a sumarse como uno más, lo que no significa que vayan a ser candidatos en las próximas elecciones.

Habló durante 45 minutos y dijo que iba a estar ayudando a la unidad ciudadana.

Debajo la escuchaban su hijo, Máximo Kirchner, el ex gobernador Daniel Scioli, el ex ministro Axel Kicillof, junto a Martín Sabatella, Mario Secco, y Agustín Rossi. Luis D’Elía no fue invitado. Se tuvo que conformar con una charla debate a tres cuadras de la cancha de Arsenal.

 

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