Los fieles dijeron presente para celebrar San Cayetano

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Como cada año el 7 de agosto la Capilla San Cayetano fue el epicentro de una celebración de la comunidad en torno al patrono del pan y del trabajo. Muchos vecinos y allegados se acercaron al templo de 479 y 10 para vivir una emotiva jornada de procesión, adoración y celebración.

La celebración la encabezaron el Párroco Padre Jorge González y el Padre Juan José Olivetto Fagni, que es quien dirige la Capilla. Fue incesante el paso de gente durante los nueve días que duró la Novena, el día de la celebración del Santo Patrono la procesión de más de cuna cuadra de fieles se coronó con la santa misa celebrada en el templo.

“Venimos a pedir salud y paz “

Decenas de vecinos colaboraron y trabajaron en la Capilla para confirmar que la devoción sigue intacta para agradecerle al patrono los dones concedidos y pedir su intercesión en casos de necesidad propia, de familiares y amigos.

La jornada se inició con los preparativos del templo, luego la procesión y la celebración de la santa misa. Las inmediaciones de la parroquia vivieron así un día distinto, con los fieles que durante toda la jornada le cambiaron la fisonomía al barrio con las muestras de fe.

“Venimos a pedir salud y paz y son fechas especiales para encontrarse con el santo y a través de él, encontrarse con Dios”, decía uno de los participantes de la ceremonia.

EL PATRONO

San Cayetano de Thiene fue un presbítero, que en Nápoles, en la región de la Campania, se entregó piadosamente a obras de caridad, especialmente a favor de los aquejados de enfermedades incurables. Cayetano estudió 4 años en la Universidad de Padua donde se distinguió en la teología y se doctoró en derecho civil y canónico en 1504. Fue nombrado senador en Vicenza. Estaba, sin embargo, decidido a seguir los estudios sacerdotales. Se trasladó a Roma en 1506. Decía que Dios le llamaba a realizar una gran obra. Al poco tiempo fue nombrado secretario privado del Papa Julio II. Ayudaba al Papa a escribir las cartas apostólicas. Conoció de cerca a cardenales y prelados. Fue ordenado en 1516, a los 36 años. Celebra su primera misa y luego ingresó en el oratorio de San Jerónimo, que incluía a laicos pobres. Ayudaba y servía personalmente a los pobres y enfermos de la ciudad y atendía a los pacientes de las enfermedades más crueles de la época.

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