Una bandita asalta a los alumnos de una escuela con facas y picanas

En una zona de Altos de San Lorenzo los vecinos reconocen -algunos por lo bajo y muchos a viva voz- que hay una banda conformada por jóvenes de ambos sexos de entre 14 y 21 años que tiene en jaque a todos, pero, en particular a la comunidad educativa de un colegio secundario.

Es por eso que un grupo de vecinos que viven en las inmediaciones de la Escuela Secundaria Nº 45, situada en 23 bis y 85, decidió cortar la calle para exponer el problema y reclamar más seguridad y patrullajes.

Por lo que contaron muchos de ellos a este diario, los agresores “viven detrás de la escuela” y “desvalijan” a los chicos que van a estudiar amenazándolos “con facas y picanas eléctricas”.

EL PEDIDO DE LA ESCUELA

En el barrio todos coinciden que la bandita está acostumbrada a ensañarse con los adolescentes que concurren a dicho establecimiento pero, a diferencia de lo que ocurre con los alumnos de otros colegios platenses a los que les roban mochilas y celulares con amenazas verbales, con aquellos usan métodos más traumáticos.

Vecinos y autoridades del colegio denunciaron que ya hubo varios casos de estudiantes que se vieron forzados a entregar sus cosas en plena calle tras ser amenazados de muerte “con picanas y facas”.

Este diario obtuvo el testimonio de Miriam (46), la directora del colegio, y de dos integrantes del personal auxiliar administrativo, Gladys (55) y Verónica (42).

Las tres confirmaron estar al tanto de los asaltos que padecen los alumnos, principalmente a la salida del establecimiento.

“Varios fueron asaltados en los alrededores y les sacan todo. A una chica le quitaron la mochila, aunque les dijo que no tenía otra cosa que carpetas y otros útiles”, recordó la directora.

Miriam subrayó que “hemos reclamado personal policial, por lo menos para los horarios de entrada y salida de los chicos, pero nos han dicho que no disponen de móviles para hacer esa vigilancia”.

Recordó que “hasta poco después del comienzo del ciclo escolar nos asignaron a un patrullero con personal de la Policía Local, pero ese servicio no duró mucho”. Desde entonces, reflejó, “los alumnos están expuestos a que les roben cuando entran o se van del colegio”.

También hizo saber que el colegio, en diversas ocasiones, sufrió actos de vandalismo en sus instalaciones.

Gladys y Verónica coincidieron en comentar que “también los docentes vienen padeciendo ataques contra sus autos mientras están dando clase”.

“El año pasado fueron muchos los casos de ventanillas de autos rotas o daños en las gomas de los coches, y en otras ocasiones los abrieron solamente para revisar si había cosas de valor”, acotaron.

La directora y sus dos colaboradoras hicieron hincapié en la necesidad de que “también haya presencia policial cuando nos vamos a las 9 y media de la noche, porque hay mucha oscuridad y eso lo aprovechan los delincuentes”.

“ESTO ES TIERRA DE NADIE”

A su vez, un vecino del barrio, que evitó ser identificado por temor a alguna represalia, confirmó a EL DIA que “de noche esto es tierra de nadie”.

Según dijo, “entre los vecinos tratamos de alertarnos de alguna presencia sospechosa, pero se roba bastante y la Policía no pasa”.

En el reclamo de ayer los manifestantes cortaron la calle con cartelitos que reflejaban su hartazo y exigían respuestas urgentes, para poder transitar por las calles de su barrio y tener la tranquilidad de que sus hijos vayan a estudiar sin miedo.