¿Podemos quedarnos sin Copa del Mundo en 2018?

Lo que se presentaba como una mirada exageradamente pesimista, hoy es una realidad que asusta

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La Selección nacional sigue a la deriva, sin rumbo. El cambio de entrenador, al menos de momento, no generó el punto de inflexión esperado en el equipo. El ciclo Sampaoli comenzó dejando en el camino cuatro puntos que hubieran sido vitales en la lucha por meterse en la próxima Copa del Mundo de 2018. Y el inesperado mazazo que significó el pobre empate como local ante la débil Venezuela le dio vida a los peores fantasmas, a aquellos que asustan de verdad y que no son parte, a esta altura, de la ciencia ficción: el riesgo de faltar en el Mundial de Rusia es un temor que ya se hizo carne en todos los argentinos futboleros.

A lo largo de la jornada del martes, se fueron dando todos los resultados a pedir de la Argentina. La derrota de Chile, el empate de Colombia y la caída de Paraguay, otro que de ganar se ponía en gran posición para soñar con arañar alguna plaza. Sin embargo, el que no jugó para Argentina, fue la propia Argentina.

Tras el empate en Montevideo, los de mirada más optimista cruzaron el Río de la Plata con una amplia sonrisa, dando por sentado que aquella unidad sumada en el Centenario sería valiosa añadida a los tres puntos a cosecharse contra Venezuela en Núñez. Pero en el fútbol nunca hay que cantar victoria antes de tiempo, pues los “tres puntos” se convirtieron en uno y la casi resuelta clasificación quedó empantanada. El conjunto nacional tendrá que remar en un espeso mar hasta la última fecha, con la presión añadida que ello implica, para obtener lo que tendría que ser un simple trámite para un equipo de semejantes figuras: el pasaporte al Mundial.

El clima en el ambiente futbolero de nuestro país se cargó de pesimismo. Ya nadie se anima a asegurar que los tres puntos contra los de Gareca serán “pan comido”. Después de quemarse con Venezuela, los pronósticos en este momento del seleccionado son una empresa arriesgada y aventurera.

DEL TEMOR LEJANO AL RIESGO CERCANO

En las últimas 48 horas, aquel temor lejano de que la Argentina podría quedarse sin Copa del Mundo, se convirtió en un riesgo latente. Van pasando las fechas y el objetivo sigue sin consumarse. Si a esto se suma que el equipo no fue capaz de vencer al peor representativo de toda la competición y jugando en casa, aseverar a ciencia cierta que el partido contra Perú será un trámite sería como jugar a la ruleta rusa.

Argentina se medirá con Perú el 5 de octubre, la misma fecha en que se jugarán estos encuentros: Bolivia-Brasil, Venezuela-Uruguay, Colombia-Paraguay y Chile-Ecuador.

En tanto, la última fecha tendrá estos cruces: Ecuador-Argentina, Brasil-Chile, Uruguay-Bolivia, Paraguay-Venezuela y Perú-Colombia.

¿El punto a favor en medio de este ambiente tan oscuro? Que la Argentina sigue dependiendo de sí mismo para ir al Mundial. Si el equipo de Sampaoli gana los dos partidos que tiene por delante (en el último podría enfrentar a un Ecuador ya eliminado) irá al Mundial de manera directa, sin importar el resto de las combinaciones de resultados.

El panorama es sombrío para la Argentina. La situación del equipo es peor que antes de la doble fecha, puesto que permanece en repechaje, pero quedan menos partidos por delante y la soga ajusta cada vez más. Tiempos difíciles.

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