El sueño del pibe

La vida futbolística cambió para Estudiantes hace 50 años atrás. También para Juan Manuel Cancio y Hugo López Gastesi, dos de los más de 500 hinchas que viajaron a Inglaterra para estar esa noche del 16 de octubre en Old Trafford. Como era de esperar, ese partido los marcó para toda la vida.

Cancio es abogado y supo ser durante muchísimos años integrante del Tribunal de Disciplina del Club. Es fana del Pincha y esa pasión se la trasladó a sus hijos, a quienes siempre les contó de ese experiencia maravillosa.

“En octubre del ‘68 tenía 16 años. Estaba en Quinto año del colegio Estrada y el viaje de fin de curso era un viaje a Europa. Para eso habíamos juntado plata. Pero por problemas de disciplina el Padre Malchiodi un día suspendió el viaje y nos devolvió el dinero”, arrancó con su recuerdo este hombre canoso que muestra la foto que se sacó con la Copa del Mundo en el aeropuerto de Londres, justo cuando el plantel pegaba la vuelta para Argentina.

En su relato contó que al regresar de la Bombonera, tras el 1-0 del partido de ida, le pidió a su padre que lo deje ir a la revancha. La respuesta tardó unos días y para eso fue necesario el apoyo económico de los abuelos. En poco tiempo estaba arriba del avión con un contingente de Rotamund y con el escribano Jáuregui y su señora (estaba embarazada de su segunda hija) como responsables. “Antes era más fácil salir del país siendo menor, me acuerdo que mi viejo llenó un par de papeles en Ezeiza y listo”. “Con nosotros viajaron una de las hijas de Mariano Mangano y la esposa de Jorge Kistermacher. No pudieron ir a Lymm y tampoco verlos en el estadio. Recién se abrazaron al otro día, en el aeropuerto”, contó durante la charla.

Hugo López Gastesi tenía 24 años en esa época. Vendía autos y a través de una firma japonesa le llegó la propuesta de viajar a Manchester. No lo dudó ni dos segundos. “Me lo dijeron una semana antes y me fui con un plan de pagos en dos años. “Conmigo viajaron como 40 personas, pero no conocía a nadie. Allá conocí a Eduardo Brown, quien hoy es mi amigoDel único que era amigo era Cachito Marcelini, al resto lo conocí allá”, recordó y aportó un dato que sirve para contextualizar la época: que en esos años no era sencillo que los jóvenes viajaran a Europa, por eso la mayoría de los que fueron a Manchester eran matrimonios o personas adultas”.

López Gastesi estaba en la platea de los bancos de suplentes. “Ahí cerca de la cabina desde la cual relató el partido el Gordo Muñoz. Yo vi el paraguazo, no me lo contó nadie, lo vi”, se entusiasmó y contó: “Nunca le pegaron a él, le pegaban al vidrio de la cabina. Pero esa frase quedó en el recuerdo de todos”.

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Cancio vio el partido frente a las cámaras de TV. Era un grupo de 400 personas, con banderas y camisetas. “Éramos un montón pero rodeados de hinchas de Manchester que nos hicieron sentir el rigor. Nos hacían señas de que éramos animales, como monos. Se tocaban las axilas y se tapaban la nariz. En esa época era la manera de mostrar rivalidad y todo el desprecio”.

“En Londres nos trataron como reyes, pero en Manchester no. Después del partido estuvimos como dos horas en los túneles, hasta que se vayan los hinchas. Nos tiraban de todo, nos decían cosas y hasta nos siguieron por la ruta. Recién en Londres, ya de madrugada, pudimos celebrar el campeonato. Fue un momento inolvidable”, reveló Gastesi, al tiempo que contó la rivalidad entre la capital del país y Manchester. “Festejaron con nosotros”.

“Nuestro festejo fue muy aplacado”, interrumpió Cancio. “No nos dejaron quedarnos en las tribunas luego del partido y tampoco bajar de los micros para cenar en la ruta. Recién al día siguiente pudimos desahogarnos, porque fuimos al aeropuerto a despedir a los jugadores, que se iban para Roma para seguir con una gira que se armó en el momento”.

“Mientras esperábamos para salir del estadio lo conocí a (Carlos) Perette, quien luego había sido el vicepresidente de (Arturo) Illia. Era fanático de Estudiantes y estuvo esa noche en Old Trafford”, recordó Cancio.

Ninguno de los dos pudo comunicarse con sus familias luego del partido. Lejos de la revolución tecnológica del presente, pasaron horas y días antes de poder compartir la alegría con los suyos. “Hoy es totalmente distinto, mandás videos desde el estadio”.

López Gastesi se quedó en Europa 21 días más. Cancio regresó días después. Pero ninguno de los dos fue la misma persona al volver a La Plata. Claro, habían sido testigos de la mayor gesta deportiva del club de su vida, Estudiantes.

Otro hincha que dijo presente fue Luis Valente, hermano del ex presidente Edgardo Valente. “Tenía 10 años en esa época y viajamos con mis padres, Jorge y Haydee”. Dejó por un mes el colegio y hoy, 50 años más tarde, destacó el valor de la palabra familia para Estudiantes. “En la adversidad afloró esa unión. Fue una noche mágica que no voy a olvidar nunca más”.