El camino del campeón

El equipo de Gallardo dejó atrás a elencos argentinos, brasileños y al mismísimo clásico de toda la vida en una edición para el recuerdo

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La gloria será eterna, tanto para River como para Marcelo Gallardo, el creador de este monstruo continental que se alzó con su cuarta Copa Libertadores de América, segunda bajo su gestión. Y lo cierto es que el conjunto Millonario fue el mejor de todos desde el inicio mismo de la competencia y lo ratificó en el cruce más importante de su historia, nada más ni nada menos que ante Boca.

COMENZÓ CON PIE DERECHO

La fase de grupos no mostró mayores inconvenientes para River, a diferencia de lo que fue en 2015. Los de Gallardo culminaron invictos y primeros el Grupo D, con 12 unidades, producto de tres victorias (dos ante Emelec y una frente Santa Fe), y sendos empates contra Flamengo, tanto en Brasil como en el Monumental. A partir de allí, y más de allá de los antecedentes, el Millonario se transformó en uno de los principales candidatos a alzarse con la máxima gloria continental, y vaya si lo ratificó con el tiempo.

Con los 16 equipos definidos para los octavos de final, y mayoría de argentinos y brasileños dentro de los mismos, el sorteo no favoreció a un River que sacó chapa en cada cruce.

CONQUISTÓ AVELLANEDA

Primero fue el turno de un Racing ascendente, con el “mejor plantel de los últimos 20 años”, según palabras de Víctor Blanco, su presidente. Sin embargo, y luego del empate 0 a 0 en el Cilindro de Avellaneda, sin Ponzio, por la expulsión en el cierre de la etapa inicial, los de Núñez “borraron” un inexpresivo Racing.

La revancha fue toda roja y blanca, con un local que hizo recordar a los mejores años de “La Máquina” y que vapuleó a la Academia con un categórico 3 a 0.

Con uno eliminado, llegó el turno del otro representante de la ciudad: el Independiente de Holan.

Ante el Rojo, el Muñeco repitió fórmula: empate en el Libertadores y triunfo en casa por 3 a 1, luego de empate temporal que no los desvió de su objetivo.

Dejados atrás los representantes de Avellaneda, apareció una de las pruebas más difíciles, el actual campeón.

River sufrió contra un Gremio que lo maniató en el Monumental. Con el 0-1 en contra y sin Gallardo en el banco, el panorama se complicó para un Millonario que debió triunfar en Porto Alegre. Allí llegó el agónico gol de Santos Borré y la consagración de Pity Martínez luego del penal insólito de Bressan. Victoria 2 a 1, clasificación y a esperar por un Boca que debía hacer lo suyo.

LA FINAL DEL MUNDO

En la final ante Boca pasó de todo y duró más de lo pensado. Luego de empatar 2-2 en el partido de ida en La Bombonera (Lucas Pratto e Izquierdoz en contra), se impuso 3-1 en la vuelta, jugada increíblemente en Madrid, gracias a los tantos de Pratto, Juanfer Quintero y Pity Martínez. Sin dudas, una Libertadores inolvidable para el mundo riverplatense.

 

 

 

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