Preocupa a los vecinos la invasión de ratas en la casa de Barreda en pleno centro

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“Las ratas que salen de la casa de Ricardo Barreda son tan grandes que parecen gatos, alguien tiene que hacer algo para sanear ese lugar, mas en una época donde hay tanta preocupación por el hantavirus”, dice Ema, una vecina que vive a pocos metros de la casa donde el odontólogo masacró a toda su familia en 1992.

Es que la preocupación de quienes viven en la manzana comprendida por las calles 48 y 47 entre 11 y 12 sigue latente.

Los años de abandono en esa que fue una señorial propiedad, como otras que en el barrio aún están en pie, la convirtió en una madriguera de roedores.

Incluso en el acceso de la casa de Barreda se observa como uno de los chapones de la abertura fue removido y hay recipientes con agua que colocó algún vecino.

“No es que se ve una laucha cada tanto, son ratas inmensas que corren por los techos de un lugar a otro, no nos queda mas alternativa que vivir encerrados por el temor de que entren a las casas y a los departamentos”, agrega una vecina.

No solo preocupa la acumulación de basura en el inmueble de calle 48 porque también hay otros factores que favorecen el tránsito de los roedores a las casas linderas. Ese es el caso de una inmensa planta que está en los fondos de la propiedad de Barreda y que da a un edificio de departamentos con entrada por calle 11.

Los vecinos consignan que por esa planta pasan gatos y ratas y que son ellos quienes tienen que pagar por la poda para evitar que las ramas caigan en los patios de la planta baja.

“Algo se tiene que hacer no puede ser que los vecinos convivamos con un lugar que está en estado de abandono total, incluso hubo maleantes que ingresaron por ahí e intentaron robarnos”, agrega un vecino.

La falta de movimiento en la casa, sumado al abandono de las instalaciones, son factores que favorecen la anidación de roedores, pero los vecinos también dicen que hay moscas y cucarachas.

Esa “invasión desagradable”, como la califica la gente de la zona, ya se observa de noche y de día y los vecinos solicitan que la Municipalidad o la Justicia haga algo con el inmueble o, aunque mas no sea, se realicen fumigaciones de manera periódica.

Además se consigna que en esa zona hay muchos espacios gastronómicos que deben luchar contra la aparición de ratas y lauchas.

La gente de ese céntrico sector espera que se intervenga cuanto antes porque además del temor de contraer hantavirus apuntan que las ratas son transmisoras de muchas otras enfermedades.

Como se recordará, el año pasado la casa volvió a abrirse y se tomaron diferentes fotos de los ambientes.

Las imágenes reflejan el deterioro en la infraestructura de la vivienda y todos los elementos que quedaron como congelados en el tiempo.

Desde sillones destartalados, enciclopedias enmohecidas, una cocina con utensilios tapados de polvo, autos arrumbados y hasta un consultorio con el instrumental de trabajo de Ricardo Barreda.

“Sabemos que hay cuestiones que atañen exclusivamente a la justicia, pero nosotros vivimos pegados a ese inmueble que es un foco de problemas desde hace años, hay tantas ratas que creemos que se comieron a los gatos”, señala una vecina.

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