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En lugar de hojas de lechuga y zanahorias, en el “día del permitido” se puede comer lo que a uno realmente le gusta/ Christin Klose/dpa-tmn
Sandra Arens
DPA
Millones de personas sueñan con él: se trata del “día permitido” o, en inglés, el “cheat day”, aquel día de la semana en la que todo está permitido, al menos en lo que se refiere a la comida. En resumen, es una especie de recompensa después de días de dura disciplina.
El principio es simple: quien mantiene durante seis días un estricto plan dietario, puede relajarse más el séptimo. En vez de estar a hojas de lechuga, esto significa que se puede comer lo que a uno realmente le gusta, desde una pizza hasta una tarta con crema. Y por lo general, no se trata sólo de un pecado: se engulle todo lo que se puede y entra en el estómago.
¿Se puede bajar de peso así? Si se buscan imágenes en las redes sociales se encontrarán fotos de personas muy entrenadas sentadas a mesas con grandes cantidades de comida. Según aseguran, pueden comer todo eso en su “cheat day” sin culpas, aunque en algunos casos se trate de hasta 5.000 calorías. Ese es el doble de cantidad de calorías que necesita usualmente el cuerpo.
¿El “cheat day” como solución al estancamiento en el descenso de peso?
“El llamado ‘cheat day’ no es ningún nuevo descubrimiento, sino un viejo concepto muy conocido en el deporte de competición”, explica el especialista en nutrición Günter Wagner del Instituto Alemán para Alimentación para Deportistas en Bad Nauheim.
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“Un día de comilona motiva a poder mantener las estrictas reglas nutricionales y activa el metabolismo”, dice Wagner. El “cheat day” hace que el metabolismo no se acostumbre a la cantidad reducida de calorías e hidratos de carbono, lo que suele producir un estancamiento en el descenso de peso.
Sin embargo, Wagner subraya: “Este tipo de días de comilona sólo funcionan con los deportistas si uno no se come todo sin criterio alguno sino que se permite alguna que otra cosa”.
El también especialista en nutrición y autor de libros Sven-David Müller considera este consumo semanal ilimitado un completo disparate, sobre todo para las personas que no están entrenadas. Asegura que así no se puede bajar de peso de ninguna manera.
El profesor Hans Hauner, del instituto de medicina nutricional de la Universidad Técnica de Múnich incluso advierte en cuanto al “cheat day”. “El cuerpo puede de hecho lidiar y procesar estas masas de alimento, pero la verdad es que sufre un estrés innecesario”.
Hauner dice que una sobrecarga así de grasas, hidratos de carbono y azúcar puede elevar fuertemente el nivel de azúcar en sangre. Para la digestión, es necesario dirigir mucha sangre al sistema digestivo que hace que falte luego en otra parte. “Esto hace que nos sintamos cansados y no del todo productivos”, señala Hauner.
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