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Antiespecistas: crece en La Plata el activismo por la defensa de los animales

Bajo la advertencia de que “somos la especie en peligro de extinguirlo todo”, las nuevas generaciones se organizan para fomentar el veganismo antiespecista. El vínculo con el feminismo y la voz de un antropólogo que defiende el hábito de comer carne

Antiespecistas: crece en La Plata el activismo por la defensa de los animales

Una de las manifestaciones de La Plata Animal Save en la puerta de un matadero

MARISOL AMBROSETTI
Por MARISOL AMBROSETTI

10 de Noviembre de 2019 | 07:44
Edición impresa

El antiescepecismo, la tendencia global que defiende a ultranza a los animales, hizo pie en la Ciudad y, de la mano del veganismo, suma cada vez más seguidores, sobre todo, entre los sub 35. Tanto, que algunos ya lo comparan con el vigor que cobró el feminismo en los últimos cinco años. Incluso, un sector del movimiento de mujeres milita la alianza entre ambas tendencias, básicamente, “porque no se puede estar en contra de una opresión y a favor de otra”.

Decenas de refugios, ONGs y fundaciones organizan vigilias en mataderos, jornadas de activismos en plazas, ferias y talleres de concientización y gastronomía vegana, una red que se expande tanto en el mundo virtual como real.

“Yonatan no cuenta mucho qué le pasó. Fue hace siete años. Él estaba en la carnicería cuando vio el camión que entraba al matadero de Gorina lleno de vacas. Ese mismo día dejó de comer carne, se hizo antiespecista y vegano, casi sin saber qué era”, cuenta Melisa Lobo (28) esposa de Yonatan Leguiza (32). El matrimonio es dueño de “Salvajes”, el primer santuario de animales de la Ciudad, construido sobre dos hectáreas de la localidad de Abasto, a metros de Ruta 2.

Según FAO, cada año mueren en los mataderos 850 millones de animales

 

Una encuesta reciente de Kantar Insight Division reveló que ya son 4.005.000 los argentinos que optaron por el vegetarianismo o su versión más radical, el veganismo, que prescinde de cualquier producto derivado o probado en animales para “no ser cómplices del maltrato, la explotación y el asesinato masivo del que son objeto”. En total, llegan casi al 10 por ciento de la población de un país que, curiosamente, es reconocido en el mundo por la calidad de sus carnes.

Yonatan y Melisa, los creadores del santuario Salvajes viven en compañía y al cuidado de 400 animales de granja rescatados: toros, vacas, terneritos, cabras (muchas cabras), chivos, cerdos, patos, gallinas y un centenar de gallos.

“El especismo supone que el ser humano es superior a los demás animales y por eso tiene derecho a usarlos. Nosotros como antiespecistas creemos que los animales tienen consideración moral, capacidad de sentir, de crear vínculos con otros animales y con nosotros y, a partir de eso, tienen derecho a vivir, a que no se los explote ni se los use para ningún tipo de experimento o industria”, explica Melisa mientras dos cabras y dos cachorras compiten por sus caricias.

En “Salvajes” calculan que invierten cerca de 90 mil pesos mensuales sólo en alimento para los animales. Se sostienen, primero, gracias al aporte del sueldo de Yonatan, que trabaja en el puerto La Plata, pero también crearon un sistema de padrinazgos y madrinazgos, reciben donaciones, venden merchandansing y abren sus puertas al voluntariado. “Lamentablemente no podemos salvar a todos los animales pero nuestra meta es darle una vida digna a los sobrevivientes”, subraya Melisa e invita a conocerlos a través de su cuenta de Instagram: santuariosalvajes.

Activar por los sin voz

Gabriela Mariscal (30) es profesora de inglés y activista en dos organizaciones antiespecistas con sede en la ciudad: Anonymous for the Voiceless y La Plata Animal Save. De visita en “Salvajes”, el santuario de Abasto, toma en brazos a uno de los gallos como quien aúpa a un gato y cuenta que “Ricardo” es uno de los cien gallos rescatados de las riñas clandestinas: “Como esas peleas están contemplado por la ley de maltrato animal, se pudo denunciar, la Justicia intervino, allanó y los liberó”.

En el caso de los mataderos, explica, es bien distinto: “Lamentablemente nosotros no podemos impedir que los camiones entren, ni que se consume el sufrimiento y los asesinatos de animales, pero buscamos visibilizarlos para que más gente tome conciencia y opte por el antiespecismo y el veganismo”.

Desde el año pasado, con los demás activistas de La Plata Animal Save hacen vigilias en la puerta del matadero de Gorina. Filman, sacan fotos de los animales hacinados y asustados, hacen un abrazo simbólico al camión y publican todo en sus redes sociales.

“La dieta con elementos cárnicos, fue la que permitió desarrollarnos como seres humanos”

 

Está segura de que “si cada uno de nosotros tuviera que mirar a los ojos y matar al ser que se va a comer no lo haría. A nosotros nos llega un pedazo de cuerpo de un animal, no vemos de dónde vino, ves una hamburguesa, un bife y no asociás con lo que era”. La idea de los activistas es acortar esa brecha: que sí haya asociación y que eso amplíe el círculo de compasión.

“Las industrias láctea, cárnica, textil, farmacéutica y cosmética tratan a los animales como objetos. Fijate que las vacas llevan un número, son tratadas como productos no como seres vivos y sintientes”, enfatiza Gabriela. Pero ¿Y los vegetales? ¿Acaso no son también seres vivos? “Sí, pero las plantas no tienen sistema nervioso central, es cierto que responden a estímulos, reaccionan y buscan el sol, pero no sienten dolor, ni miedo: cortale una pata a una cabra y cortá una zanahoria, claramente hay una diferencia, el animal se va a querer defender, escapar, va a manifestar sufrimiento y miedo”.

Las vigilias en mataderos que se difunden en las redes sociales son abiertas al público y Gabriela cuenta que mucha gente va primero intrigada pero, después, se suma al activismo. Lo mismo ocurre cuando entra en acción con Anonymous for the Voiceless, otra de las organizaciones internacionales que “activa” en las plazas platenses: “Hacemos el cubo de la verdad, que es formar un cuadrado de activistas enmascarados. Uno sostiene una computadora en la que se ven videos sobre el maltrato animal, sobre todo por parte de la industria alimenticia”, explica Mariscal ¿Cómo reaccionan los eventuales expectadores? “La mayoría se shockea, llora, se tapa la cara, se sienten incómodos, pero están los que adoptan una actitud positiva y se abren a escuchar”.

Cuando esto ocurre los activistas aprovechan para dar información persuasiva: recomiendan documentales, películas, eventos y sitios sobre nutrición vegana.

“Para el especismo el ser humano es superior a los animales y por eso puede usarlos”

 

Según cifras de la FAO, cada año mueren en los mataderos 850 millones de animales. Según los antiespecistas, se los asesina. Son muy críticos del modo de producción capitalista que, en el afán de generar más producción y ganancias, provoca condiciones de enorme sufrimiento animal, no solo al momento de matarlos sino durante toda su vida: se los interviene con medicamentos, hormonas y máquinas, y se los cría en feed lot o jaulas en los que apenas pueden moverse para alimentarse hasta convertirse, ellos mismos, en comida para humanos. Los antiespecistas comparan estas condiciones con campos de concentración y hasta con el Holocausto.

Amplificado por las redes sociales, el movimiento suma cada día más “militantes” y es más visible. Sin embargo, la defensa animal tiene miles de años y decenas de referentes célebres, desde Platón, pasando por Leonardo Da Vinci, Arthur Schopenhauer, Charles Darwin, Albert Einsten y hasta Paul Mc Cartney. El legendario beatle supo decir alguna vez que “si los mataderos tuvieran paredes de cristal, todos seríamos vegetarianos”.

 

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Multimedia

Una de las manifestaciones de La Plata Animal Save en la puerta de un matadero

El cubo de la verdad de los activistas de Anonymous for the Voiceless

Melisa y Yonatan, creadores del santuario Salvajes, con voluntarios del lugar / G. Calvelo

Manifestación de Anonymous for the Voiceless en capital federal por el día del veganismo

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