Egresados: de fiesta en fiesta

Bailes, viajes, ropa personalizada... la lista puede ser tan extensa como divisiones de egresados y “egresaditos” haya en cada colegio. Diciembre desembarca con un aluvión de gastos bajo el brazo, y las familias hacen malabares para que los chicos despidan cada etapa con bombos, platillos y todos juntos. De regreso de los tours de egresados y ya con las camperas, remeras o buzos alusivos en el ropero, las últimas semanas del año encuentran a los padres involucrados en la organización de diferentes celebraciones; desde las más pomposas a las más relajadas, todas implican un desembolso, reuniones y acuerdos.

“La fiesta de egresados se empieza a trabajar en 4to año. Nosotros elegimos rifas, bingo, e hicimos un pozo mensual. Eso implicó que los chicos pusieran un monto aproximado de $350 por mes. Ese ahorro se hizo para afrontar distintos gastos, como por ejemplo el alquiler del salón para la fiesta de fin de año”, repasa Carlos Villaboa, quien se puso al hombro la organización de los festejos del 6° “B” del secundario del Eucarístico, del que es alumno su hijo Pedro.

“Los chicos querían la fiesta en Frawen’s, que ahora está de moda. Fuimos a otros lugares, pero ellos querían ahí, así que nos pusimos en campaña”, cuenta y agrega: “la tarjeta para la cena la terminamos cerrando en 1.400 pesos, incluyendo cena y cocktail, para los adultos. Los chicos pagan la mitad de eso. A las 12 termina, se retiran los padres, y de ahí hasta las 5 de la mañana sigue la fiesta para invitados. En nuestro caso son 250, que también pagan”.

“Con el pozo que armamos se bancó la cena de los 37 chicos egresados de este año” precisa Villaboa: “se pagaron las tarjetas, y después cada familia se hizo cargo de lo suyo: padres, hermanos, abuelos, padrinos... Una familia tipo como es mi caso, estamos hablando de $5.600 en lo que respecta a la cena. A eso hay que sumarle el traje de padre e hijo -promedio 10.000 pesos cada uno-, otros 4 mil de los zapatos... Con corbata y alguna otra cosa, hablamos de casi 20 mil en lo que es vestuario de hombres. Y de mujeres, sé por mi hija que no baja de 10 mil cada una. Otro gasto posible es la invitación de algún familiar; en mi caso, la tarjeta de mi suegra, que viene con nosotros”.

“Nosotros tenemos un modo de trabajo en grupo. Yo soy el que coordina, pero hay otros padres como Lorena, Romina, Majo, Maricel, Mario, Andrés y Lelio que se encargan de juntar el dinero de las tarjetas para la cena. Ellos cobran todo y yo soy el nexo con el salón” agrega Carlos: “la previa del evento es ahora y estamos a full. Estamos cerrando las mesas, que son de diez, con un total de 300 invitados. Hay que pensar bien cómo ubicar a todos. Hay gente que no quiere compartir mesa, esas cosas, y hay que contratar bandas y luces láser para la fiesta posterior a la cena. Optamos por esta alternativa porque estaba de moda y los chicos la votaron. La gente del salón resuelve muchas cuestiones. Para redondear, hay también que abonar impuestos, grupo electrógeno... Sinceramente, es mucho el gasto, pero vale la pena para que los chicos tengan un lindo cierre de esta etapa de la vida”.

“Es mucho el gasto, pero vale la pena para que los chicos tengan un lindo cierre de esta etapa”

LE PUEDE INTERESAR

Bicicletas: un medio de transporte cada vez más elegido

LE PUEDE INTERESAR

Escote cómo llevar el correcto

Sandra, madre de un egresado de un colegio primario privado, recuerda que “buscamos una alternativa linda pero no tan cara, y que nos resuelva todo. Optamos por Koru, un salón de eventos que nos cobra $600 a los adultos y $250 a los menores. Los egresados van gratis. En un lugar que ofrece ‘all inclusive’: comida, bebida, cuatro horas de fiesta, animación, baile y hasta las tarjetas. Hicimos algunas rifas en el año para costear algunos gastos extra, pero llegamos a noviembre con todo pago”.

Mónica, madre de una egresadita de jardín privado de la zona del parque Saavedra, cuenta que “vamos a ir todos a una quinta. La idea surgió a principios de año y los padres ponemos el dinero para una kermesse y los inflables que vamos a alquilar. Cada familia lleva su comida, que es a la canasta, y se dividen los gastos de los alquileres; además se invita a las señoritas. El gasto total será de unos 500 pesos por familia”.

En la Escuela 8, uno de los sextos hará también hará una jornada al aire libre, en un club y a la canasta como fiesta de egresados de los chicos. Una de las madres encargadas de organizarla, Natalia, cuenta que “buscamos un lugar accesible en precio y en distancia para todas las familias y elegimos un club. Entre todos pagamos el alquiler del lugar y la comida es a la canasta”.

“La idea es que los chicos se diviertan... hay una pileta, así que van a disfrutar de la pile y pasar un día todos juntos. Cuesta organizar, pero la idea es que los chicos tengan una despedida de la primaria en familia y disfrutando”, dice Natalia, que explica que este año también tuvieron el gasto de la campera de egresados -1.500 pesos- y el viaje a Tandil, del que los chicos acaban de regresar: en promedio, unos 15 mil pesos por chico, dependiendo de la cantidad de cuotas en que se haya cancelado el viaje.

De día o de noche, con una celebración a todo trapo o un encuentro más sencillo, los chicos sólo quieren divertirse. Y culminar de la mejor manera, juntos, una etapa en la que han compartido con sus compañeros aprendizajes, juegos y descubrimientos. Esos años que se recordarán por siempre merecen, sin dudas, una despedida inolvidable.