Golden Globe:: moda en Hollywood

Como cada año, la entrega de los Golden Globe abre la temporada de premiaciones en Hollywood y con ella no solo se despliegan las apuestas sobre qué película y qué elencos tendrán chances a la hora del premio mayor –el ansiado Oscar-, sino que también lo hacen en relación a tendencias y estilismos que marcarán el pulso de cómo lucir en las red carpets del 2020. Un carrusel de famosas desfila por la ansiada pasarela que las conduce al salón principal dejando en el camino un reguero de posteos en redes sociales, opiniones expertas y amateurs que discuten por igual sobre el acierto o no de cada elección de vestuario. Este año se vieron algunas continuidades con otras temporadas y también varios atisbos de innovación y osadía que desnudaron cuánto (nos) cuesta romper con ciertos paradigmas.

Pero vayamos por partes y empecemos esta recorrida con las tendencias que pudimos distinguir entre tantos looks.

Colores y siluetas destacadas

En esta ocasión el rosado volvió a ser tendencia entre varias famosas. El tono que desde hace un par de temporadas va ganando espacio en los desfiles de Alta Costura tuvo su noche en el Berverly Hilton cuando fue elegido por personalidades como Sofía Carson -en un imponente Giambattista Valli con maxi falda de tul y marabú en el pecho-, Kirsten Dunst con un delicado vestido bordado de la firma Rodarte, y Dakota Fanning enfundada en un diseño de Dior Couture estilo princesa en un tono entre rosa y lila; todos estilos femeninos y románticos. En un rosa más fuerte, casi fucsia, Priyanka Chopra se presentó con una creación al cuerpo, escote bote y sutil drapeado lateral de Cristina Ottaviano, mientras que Tiffany Haddish lo hizo enfundada en un Galia Lahav del mismo color y también drapeado.

El rojo no podía faltar y lo lucieron varias de las más esperadas de la noche. Nicole Kidman visitó un Versace recto de extrema elegancia que le calzaba como un guante; Scarlett Johansson por su parte optó por Vera Wang en una creación al cuerpo con profundo escote en V y volumen en la cadera de donde se desplegaba una importante cola; en tanto que la ganadora como mejor actriz en serie dramática por su rol en The Crown, Olivia Colman vistió un diseño de Emilia Wickstead con mangas tipo farol y línea al cuerpo con cuello alto y sutil cola. Y con 74 años que no se notan para nada, Helen Mirren hizo su aparición en la red carpet luciendo un mega vestido de Dior Couture silueta reloj de arena en color borravino y forro rosa pálido que hizo la delicia de los fotógrafos por su forma de posar y jugar con la falda. Las mangas largas y el escote clásico, al igual que el corte en la cintura destacaron su elegancia y magnífica silueta.

Blanco y negro. No podían faltar los total white o total black, apuestas seguras en todas las alfombras rojas. Lo que hace que algunos looks en estos tonos no llamen la atención es que van demasiado a lo seguro y se tornan poco novedosos. Tal es el caso del Dior Couture negro que llevó Jennifer Aniston que más allá de ser un imponente vestido de gala, lo plano del género, el detalle del escote un tanto despegado del cuerpo y el hecho de que la actriz no lo acompañe con un estilismo diferente –Jenny no abandona jamás la melena suelta y el make up natural- hicieron del look uno más del montón. Lo mismo podemos decir de la elección en blanco de Reese Whiterspoon. Esta actriz lució un vestido recto de Roland Mouret cuyo mayor detalle era una especie de volado en el pecho pero el maquillaje muy claro y las joyas minimalistas la hicieron ver un tanto deslucida.

Las diferentes y una invitación a pensar la moda más allá de lo establecido

Cuando vemos este tipo de eventos nuestro cerebro nos remite imágenes de referencia que de alguna manera moldean nuestra forma de entender el dress code de una premiación y hacen que establezcamos paradigmas en torno a qué deben llevar las invitadas y cómo deben lucir.

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Hemos sido modelados en el formato de Hollywood clásico y solemos esperar que las nominadas y presentadoras vistan como princesas o estrellas de las décadas de oro de la industria. Tal vez sea por ello que cuando algunas deciden romper ese molde y se arriesgan, las primeras impresiones sean de desconcierto para pasar al rechazo sin escalas. Esto sucedió con Cate Blanchett a partir de la elección de un vestido de Mary Katrantzou íntegramente plisado, con mangas estilo alas de mariposa y corset que acompañaba la línea del busto totalmente realizado en piedra. Se le criticó que fuera amarillo claro porque se empastaba con la blancura natural de su piel y con el cabello rubio; se objetó la forma del escote y también la silueta que aparentemente no la favorecía; pero en el fondo, lo que se trasluce de estas opiniones negativas –más o menos acertadas- es el no poder encausar ese look dentro del límite de lo que esperamos ver en una mega estrella en un evento así.

Lo mismo sucede con la elección de Gwyneth Paltrow. La rubia y delicada actriz optó por una creación de Fendi Couture en color tostado con transparencias que dejaban ver la lencería y sus trabajadísimos abdominales. Lejos de otros looks más inocentes y clásicos, esta vez quiso divertirse un poco y se animó a más. La confianza con que lo llevó echó por tierra el hecho de que tal vez el color y los accesorios no fueran los que más la favorecían, pero las miradas lapidarias no le perdonaron esta apuesta que la aleja de la exquisita princesa rosa que alzó la estatuilla del Oscar allá por 1998. Jennifer López vistió para ganar y aunque no se llevó el premio a mejor actriz de reparto, nos regaló una imagen diferente de sí misma. Lejos de los vestidos estilo sirena que destacan sus curvas imponentes o de las transparencias que han dejado imágenes inolvidables de ella, JLo esta vez eligió vestir un Valentino Couture que se pasó de voluminoso. El diseño blanco con la clásica silueta reloj de arena atravesado por dos moños; uno dorado y otro verde, resultó demasiado excesivo incluso para ella. No fue su mejor versión y las críticas fueron duras; pero deberíamos valorar que salió de su zona de confort y se arriesgó.

Joey King por su parte vistió un diseño de Iris van Herpen Haute Couture que daba un efecto tridimensional por el juego óptico de rayas y volados. De largo irregular, dejaba las rodillas a la vista y recibió críticas por considerarlo demasiado arriesgado para semejante ocasión.

Al finalizar la premiación, al día siguiente, en todos los portales y en los programas de TV, lo que más se escuchó y se leyó fue que la red carpet había sido aburrida, poco interesante y con muchos vestidos feos. Tal vez sea el momento de empezar a pensar que la moda debe romper con rígidos moldes establecidos; que expertos y neófitos deberíamos flexibilizar nuestras miradas para entender que los diseñadores apelan a la creatividad y que en la ruptura está los nuevo. Si seguimos esperando que todas las alfombras rojas nos entreguen más de lo mismo de seguro no nos sentiremos defraudados pero tampoco sorprendidos.

No podían faltar los total white o total black, apuestas seguras en todas las alfombras rojas