Amplia mayoría de chilenos votó para el cambio de la Constitución

Más de dos tercios le dijeron “Apruebo” a la reforma de la Carta Magna, que no se modificaba desde la dictadura de Pinochet. Fue en medio de un cansancio de las desigualdades sociales y económicas

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SANTIAGO, CHILE

Más de dos tercios de los chilenos votaron por reemplazar la Constitución instaurada hace 40 años por la dictadura militar, reveló la autoridad electoral al tener contabilizadas al cierre de esta edición más del 90 por ciento de las mesas en un histórico plebiscito al que fueron convocados 15 millones de ciudadanos, la mayoría cansados de las desigualdades sociales y económicas que caracterizaron los últimos años a la vecina nación sudamericana.

El Servicio Electoral precisó que con 6,8 millones de votos escrutados, el 78 por ciento sufragó en favor de la opción favorecida por la oposición de centroizquierda de reemplazar la Carta Magna del dictador Augusto Pinochet (1973-1990) y un 20,76 por ciento optó por la propuesta de la mayoría del oficialismo derechista de mantenerla.

Los primeros resultados también revelaron que un 79 por ciento de los sufragios favoreció que la Ley Fundamental sea redactada por 155 ciudadanos electos, opción planteada por la disidencia, frente a un 20,76 por ciento que votó porque sea escrita por 172 personas, la mitad electos y la otra mitad de diputados y senadores en ejercicio.

Los chilenos que votaron en el extranjero, entre ellos los que residen en la Argentina, también dijeron que quieren una nueva Carta Magna. Más de un 86 por ciento voto por el reemplazo. Unos 60.000 chilenos sufragaron en 219 mesas de votación en 65 países.

En un discurso al país, el presidente centroderechista Sebastián Piñera, que se oponía a una nueva Carta Magna, dijo que “este plebiscito no es el fin. Es el comienzo de un camino, que juntos deberemos recorrer para acordar una nueva Constitución para Chile’’.

El resultado del referéndum es vinculante, es decir, debe ser acatado.

El plebiscito, que se desarrolló en un ambiente de tranquilidad durante casi toda la jornada, tiene lugar a un año del violento estallido social y las gigantescas protestas subsiguientes contra las profundas desigualdades sociales en Chile que empujaron a un acuerdo político que convocó al referéndum, que se vivió en medio de estrictas medidas sanitarias debido a la pandemia que tiene a Chile con 500.000 contagiados y 13.800 fallecidos.

Empero, al atardecer unos 200 encapuchados se enfrentaban a la policía en la céntrica Plaza Italia. Los manifestantes e fueron dispersados con gases lacrimógenos y gruesos chorros de agua, pero se volvían a reagrupar. Más tarde, miles de personas empezaron a congregarse con ánimo festivo a la misma plazoleta, escenario de las manifestaciones en la capital chilena.

Un triunfo del “Apruebo’’ marcaría el inicio de un proceso constituyente que culminaría con un nuevo plebiscito a mediados de 2022 en que los chilenos votarán si aceptan el texto propuesto.

La decisión democrática de escribir una nueva Constitución pondría en el debate temas como cuál debe ser el papel del Estado en derechos como la salud y la educación. La Ley Fundamental vigente desde 1981 marca diferencias entre la salud pública y privada. Lo mismo sucede en la enseñanza. Además, permitió la privatización del sistema de pensiones, que entrega jubilaciones muy bajas para los que tienen menos dinero.

Las principales demandas expresadas en las protestas que siguieron al estallido de hace un año expresaron el descontento de una mayoría con las jubilaciones, la salud y la educación, entre muchas otras. Hasta ese momento Chile era considerado como uno de los países más modernos y prósperos de la región, cuando se desconocía la magnitud del descontento social.

También hace un año era impensable reformar la Constitución legada por la época de Pinochet porque exige 2/3 de los votos (66 por ciento) de diputados y senadores, porcentaje que no tienen ni el oficialismo ni la oposición. (AP)

 

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