Celia Millán: “Es muy grave lo que nos pasó, hubo que ser creativo para sobrellevarlo”

Desde Alemania, la artista platense dirigirá la nueva entrega del espectáculo Ballet Sin Fronteras, en una edición virtual que, en vivo, mostrará a 25 artistas bailando en escenarios naturales de diferentes rincones del mundo

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Por MARÍA VIRGINIA BRUNO

vbruno@eldia.com

Surgido por la “necesidad de generar más espacios en la danza, tanto para el público como para los artistas”, según asegura su creadora y directora Celia Millán en diálogo con EL DIA, el espectáculo Ballet Sin Fronteras volverá al escenario en una edición virtual que, esta vez más que nunca, hará honor a su nombre con la participación de 25 artistas de siete nacionalidades diferentes, que estarán mostrando sus creaciones desde once lugares del mundo.

De hecho, Millán, reconocida bailarina y coreógrafa platense que ha desarrollado su carrera en Europa, mueve los hilos desde Alemania, desde donde coordinará este evento que se llevará a cabo este domingo, a las 16, a través de www.balletsinfronteras.eventbrite.com.ari, con entradas a $300.

Ballet Sin Fronteras, cuya propuesta se nutre además por su carácter social -su primera edición surgió a beneficio del Hospital de Niños-, surgió como un desprendimiento de otro espectáculo que Millán viene realizando desde hace tres años, Tango Sin Fronteras.

En aquella propuesta, la bailarina logró “fusionar dos naciones”, en tanto gestionó que una orquesta de Alemania -país que la ha visto brillar y donde vive su compañero y partenaire Michael Ihnow, gran figura de la danza alemana- venga a tocar a La Plata, y que lo hiciera junto a la Orquesta Municipal de Tango. Las agrupaciones pusieron música a un evento que tuvo la danza de la compañía de Millán, Ballet LabCompany y de la Casa del Tango.

“Quisimos aprovechar para acercarles lugares bonitos de cada ciudad”

 

A raíz de eso, tiempo después surgió la propuesta de hacer un espectáculo a beneficio del Hospital de Niños, y Millán creó así el Ballet Sin Fronteras, un espacio “donde diferentes artistas pudieran mostrar sus variaciones, pax de deux, etc, donde casi todos los números terminaron siendo pequeñas switch de grandes ballets”, con el marco de su compañía de fondo.

El espectáculo se llevó a cabo en 2018 en el Coliseo Podestá y tan buena fue la respuesta del público que, el año pasado, se repitió en el Teatro Metro.

“Ahora este año nos agarra con el tema de la cuarentena por la pandemia que tiene a todo el mundo prácticamente encerrado”, admite Celia y cuenta que, aún así, con todas las complicaciones que llevar a cabo la edición de manera virtual iban a implicar, decidieron con su asistente y co-director, Emmanuel Rodríguez, hacerlo igual.

Diferenciándose de las propuestas que han protagonizado esta cuarentena, donde artistas han apelado a materiales grabados que se emiten en momentos determinados, Ballet Sin Fronteras -que ofrecerá un repertorio de clásico, contemporáneo, tango, folclore y algunas sorpresas- se transmitirá en vivo “para que tenga la adrenalina del momento de la función”, y resaltará por un condimento especial: sus escenarios naturales.

No quería Millán que la gente, desde su casa, se encontrara mirando por la pantalla otras casas, otros livings, en los que ver bailar a los bailarines, “sino que ya que estaremos en diferentes lugares del mundo, quisimos aprovechar para acercarles lugares bonitos de cada ciudad”.

A pesar de las limitaciones, admite la artista que “si hay una ventaja en esta oportunidad es que, como es virtual, no importa donde estemos los bailarines, con lo cual, yo pude convocar gente de diferentes naciones”.

En este sentido, remarca que el nombre de la gala es más literal que nunca, en tanto, este presente “nos diluyó las fronteras”, sin dudas.

“El desafío, en primer lugar, fue poder realizar esta edición, llevarla a cabo”, revela la bailarina, y detalla las cuestiones que tuvieron que tener en cuenta para su desarrollo, desde lo técnico (“aprender cómo se hace un streaming, cómo se llega a las casas de la gente”), la elección del repertorio (“uno no puede elegir cosas grupales” por el contexto pandémico), los recursos disponibles (“si uno opta por los escenarios naturales, tenés la dificultad de los pisos, no tenemos tapetes en una plaza, por ejemplo”; además de las luces y demás) y hasta la coordinación horaria entre los diferentes países (“por eso elegimos este horario racional” como el domingo a las 16).

Fue difícil, sí, pero valió la pena. Asegura la coreógrafa que “la idea es adaptarnos y que podamos continuar con nuestro arte y que el público pueda continuar de la danza”.

DESDE TODO EL MUNDO

Junto a su compañero Michael Ihnow, Celia bailará desde el palacio Lichtenau en Potsdam, Alemania. Desde Brasil, se mostrará al Sorbisches National Ensable Adson Lipaus-Zocca; y desde Italia participarán Denise Boccia -bajo la dirección de la italiana Mia Facchinelli- y María Celeste Losa, bailarina solista de la Scalla de Milán, que hará su performance desde esa ciudad del norte italiano.

Marianela Bidondo, bailarina del Ballet Estable del Teatro Argentino, danzará desde Barcelona. Y Leticia Taguchi, también integrante del cuerpo de baile del Argentino, se filmará desde Alemania.

Lucas Labrador y Julieta Missan, del Atlanta Ballet, serán parte de este evento desde Atlanta, Estados Unidos; Ana Claudia Magagnin y Toni Padrón lo harán desde Sao Paulo, Brasil; y Emanuel Gómez, bailarín del Ballet Nacional del Sodre, desde Montevideo, Uruguay.

Desde La Plata, habrá representantes como Manuela Bruno; Marcos Becerra, bailarín del Ballet Estable Teatro Argentino junto a Victoria Ippolito -bailarán con la Catedral de fondo-; y Federico Fleitas, del Ballet del Argentino, con Vanesa Martin se filmarán desde el jardín de la Municipalidad.

El espectáculo incluirá la participación del conjunto de Celia, LabCompany. Integrado por Elena Prenollio Riddick, Jesus Breide, Lucia Jurado, Mora Dominguez Spassoff, Karla Vazquez, Ernestina Maluendez, Luciana Blanco, Nara Gallardo Boyler y Verónica Rocco, las chicas ensayaron su participación por Zoom -con Celia dirigiendo desde Alemania-, una coreografía estrenada a finales del año pasado pero que, a causa de la pandemia y por el impedimento del contacto físico, fue modificada. “Recién el pasado domingo, después de meses de ensayos virtuales, se volvieron a ver las caras y pudieron ensayar de manera presencial”, cuenta la coreógrafa sobre el emotivo reencuentro de su cuerpo de baile.

Millán, su marido y sus dos hijos viajaron a Alemania hace dos meses, motivados por varias razones.

Aunque Celia, que también es docente, siguió dando clases a través de Instagram para los alumnos que se engancharon con la modalidad virtual, lo cierto es que las puertas de su estudio de danza de 9 entre 60 y 61 permanecieron cerradas durante la cuarentena.

“Económicamente, fue una cachetada muy fuerte”, se sincera la bailarina sobre cómo fue atravesar el ASPO desde lo laboral, una “tristísima situación” compartida por colegas platenses con quienes crearon REED, una plataforma de lucha para la reactivación con protocolos, algo que recién se va encaminando.

“La realidad es que toda esta situación nos agarró muy de sorpresa a todos, y tuvimos que adaptarnos a una velocidad arrasante”, reflexiona Millán que, sin muchos conocimientos tecnológicos, tuvo que investigar de un día para el otro para ver cómo seguir dando clases de manera online, algo que la desafió a reinventarse.

“Esto es lo que nos tocó vivir y hay que intentar transitarlo de la mejor manera”

 

La forma que consensuaron con sus alumnos le permitió seguir activa como bailarina. “Pude entrenar porque no es lo mismo dar una clase, que darla y poder hacerla; lo que me permitió mantenerme en forma, porque sino yo hoy no podría estar bailando, después de tantos meses de inactividad… Porque es muy grave lo que nos pasó como humanidad y había que ser muy creativo para poder sobrellevarlo bien, desde lo anímico”.

Ante este panorama, y con su marido sin trabajo en el país, una propuesta laboral para él de Alemania, su país natal, inclinó la balanza para que la familia -juntos tienen dos hijos- dejara La Plata, en un momento en el que ni “siquiera se podía salir al parque”, aprovechando además para que los chicos puedan regresar a la escuela después de varios meses sin clases.

Apenas regresó a Alemania, Celia comenzó a ensayar allá para la nueva edición de Tango Sin Fronteras, que tiene fechas programadas para diciembre, que incluirán la participación del bandoneonista platense Carlos Rulfi.

En este momento, las calles alemanas permanecen casi vacías, en tanto, hace un mes, el país volvió a cerrar por un rebrote de casos de coronavirus, pero la idea del gobierno, cuenta la platense, es reabrir en diciembre.

“En Argentina ahora es al revés, y realmente cruzo los dedos de que pueda seguir así, que no haya una vuelta atrás, como le llaman acá. Esto es un día a día, es lo que nos tocó vivir como humanidad, y hay que intentar transitarlo de la mejor manera posible”, cierra Millán, entusiasmada por haber podido poner su energía en algo tan creativo como Ballet Sin Fronteras, que espera que los platenses puedan disfrutar desde la comodidad de sus hogares.

 

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