“Emilia”: un relato sutil y asfixiante sobre el regreso a los pagos
Edición Impresa | 24 de Diciembre de 2020 | 05:08

Emilia vuelve a su pueblo después de muchos años afuera. Acaba de atravesar una ruptura, y decide mudar su vida tomando un trabajo en un colegio. Claro, por algo se había ido: se reencuentra con viejos afectos, pero también con esas sensaciones que la hicieron emigrar. Ese es el eje de “Emilia”, primer largometraje de César Sodero, que se verá en el canal Cine.Ar TV esta noche y el sábado, y que estará disponible desde mañana en la plataforma on demand Cine.Ar Play.
Y ese sentimiento de no pertenecer, común a muchos de los habitantes que llegan de diversos pueblos a la ciudad para seguir con sus vidas, nació en Sodero a partir de sus propias vivencias: “Nací y me críe en ese pueblo, en Sierra Grande, Río Negro: cada vez que viajaba para visitar a mi familia, llevaba la inquietud de cómo sería volver. Así nació la película: de hecho, pensé en una película que comenzara con alguien que viaja en colectivo y llega a un lugar”, cuenta el cineasta y escritor, en diálogo con EL DIA.
Con esta idea seminal, Sodero decidió construir la historia a través de una mujer, y no de un hombre, “para tomar distancia de lo autobiográfico”, y a partir de allí “fui construyendo la película, entre diálogos que yo escuché en el pueblo y un devenir del personaje que ya es pura ficción, que no tiene nada de autorreferencial”. En el fondo, claro, persistió siempre ese sentimiento que viven los que vuelven a sus pagos.
“Cuando uno vive en la ciudad piensa que hay cosas superadas, pero cuando viaja por los pueblos, eso aún persiste, de distintas formas siguen estando esas ideas. Creo que eso es lo que le molesta a la protagonista: que al volver, esas cosas que le hicieron irse se mantienen. De hecho, Emilia vuelve para atacar ese mundo simbólico”, dice al respecto Sodero.
Encarnada por la actriz platense Sofía Palomino, la hija de Juan, Emilia dice poco, y el pueblo también. “Es un personaje muy contenido, en un mundo muy contenido”, define Sodero. “Eso generaba como una bomba, a punto de estallar”: la tensión se acumula debajo de una trama asordinada. El director construye esa tensión quitando diálogos que pudieran explicitar problemas y generar desahogo y explicaciones. “Todo queda solapado. Y la vida en los pueblos es más así, se habla poco, y eso genera una tensión”.
El resultado es una película donde espectador tiene que construir una idea sobre el personaje: ¿Emilia es apática, hace lo que quiere, sufre? “Tenía claro que quería contar el devenir del personaje, mostrarlo sin decir nada ni juzgar, y que el espectador complete. Y la idea era un poco provocar, que el personaje no le genere necesariamente amor y empatía. Esa era la apuesta: es un personaje polémico, no es fácil. Es un personaje contradictorio, y eso hace que sea difícil encasillarla”, explica el cineasta, autor de un libro de cuentos que también transcurre en Sierra Grande.
“Me parece que está bueno que el arte te provoque algo, te genere inquietudes, preguntas. El cine, el arte en general, tiene que generar discusión: ese es el espíritu del artista, tratamos de poner en discusión el sentido común, discutir otros sentidos. La película está encarada desde ese lugar”.
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