Bersuit, 30 años después: “Vista desde hoy, a lo lejos, nuestra historia casi parece un cuento”

“Son muchos años trabajando en este proyecto, y hoy visto a lo lejos casi parece un cuento”: la voz al otro lado del teléfono es la de Juan Subirá, teclado y voz histórica de la Bersuit, que en tiempos de pandemia se presta a recordar la historia del grupo que nació hace más de treinta años en el altillo de su casa.

La excusa para este viaje hacia el pasado, subidos al tren de la memoria, es el lanzamiento del disco doble “De la cabeza 2”, realizado en marzo para cerrar los festejos de los 30 años de la agrupación forjada entre jóvenes compañeros de colegio a mediados de los ochenta: “Cuando miro para atrás y veo a esos chicos que comenzaron, obviamente siento nostalgia, y orgullo por la carrera que hicimos, por haber cumplido gran parte de nuestros sueños”, dice Subirá.

Y relata: “Varios de nosotros nos conocemos desde muy pequeños: empezamos a juntarnos en el altillo de mi casa cuando ni siquiera sabíamos tocar ningún instrumento, y de repente comenzamos a jugar a hacer música. Porque era un juego, sin instrumentos: los elementos que había en el desván de casa se iban convirtiendo en instrumentos de percusión improvisados, y así fuimos generando un poco de ruido que después se empezó a organizar y a convertirse en nuestras primeras canciones, todavía antes de que naciera ese proyecto que llamamos Bersuit”.

La historia es la siguiente: Subirá era amigo de barrio y aula de Pepe Céspedes, Carlos Martín y Alberto Verenzuela. En aquel mítico altillo, comenzaron a tocar y formaron Los Prehistóricos, porque “la música era prehistórica”. Así sentaron las bases de Bersuit, que nació en 1988, cuando Subirá y Céspedes conocieron a un joven recién llegado de Avellaneda, Gustavo Cordera: tras un viaje por Brasil, había abandonado sus estudios universitarios, se había rapado la cabeza y había vendido su propia agencia de autos para dedicarse a la música.

Todavía no era la multitudinaria agrupación que hoy sube en masa a escena: Cordera, Charly Bianco (guitarra), Miguel Jara (bajo y coros), Céspedes (bajo), Subirá (teclados) y Carlos Enrique Martín (batería) conformaban el conjunto que entonces se llamaba Henry y la palangana, y que en 1989 grabaría su primer demo. En 1990, tras el ingreso del cantante de ópera Rubén Sadrinas, Raúl Pagano en teclados, Marcela Chediak en percusión y Oscar Righi, lanzarían “Y punto”, el primer disco.

EL DISCO DOBLE

Treinta años más tarde, Bersuit acaba de publicar “De la cabeza 2”, cuyo título recuerda al disco en vivo lanzado en el apogeo de la banda: un disco doble, la primera parte un repaso por los grandes éxitos de la banda, en nuevas versiones de estudio; la segunda, retrato del multitudinario show fue realizado el 11 de mayo del año pasado.

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En ambas caras del disco, brillan los invitados: se pasean Pity Fernández (Las Pastillas del Abuelo), Beto Olguín (Los Pérez Garcia), Emiliano Brancciari (NTVG), Limón Garcia y Malena D’ Alessio en el vivo, y Andrés Calamaro, Lula Bertoldi, Dr. Shenka y ¡Dady Brieva! en las reversiones de estudio.

“Dady es muy amigo mío”, cuenta Subirá de su participación. “Y es fanático de ‘Negra Murguera’. Una vez pasé un fin de año con él, y me mostró su ritual de Año Nuevo: pone ‘Negra Murguera’ y se pone a bailar con su mujer y a cantar. Entonces, cuando fuimos a hacer la nueva versión, le pregunté si no quería hacer el personaje que hago yo siempre”.

“Nos conocemos desde muy pequeños: empezamos a juntarnos en el altillo de mi casa cuando ni siquiera sabíamos tocar ningún instrumento, y comenzamos a jugar a hacer música”

El disco salió días antes de que fuera decretada la cuarentena, así que la versión física, “una edición muy linda con fotos en vivo y algunos textos, bueno, la verdad no ha salido en un buen momento”, se ríe Subirá sobre el disco que tenía como eje mostrar este momento de Bersuit.

“La idea era dejar el testimonio de lo que es Bersuit, poder tener una nueva versión de lo que es Bersuit en vivo, una versión actualizada que muestre cómo suenan hoy la banda y las canciones: Gustavo (Cordera) ya se fue hace casi once años, también se fue Oscar Righi, nosotros volvimos a tocar hace casi diez años... y en todo este tiempo todo fue cambiando, se fue gestando una nueva química grupal”.

LA PARTIDA

Subirá hace mención, claro, a uno de los mojones en la historia de la banda: la partida de Gustavo Cordera en el momento de máxima popularidad del combo, para explorar su carrera solista. Porque resulta que este cuento de la Bersuit tiene también sus momentos oscuros: aquella partida “fue un momento muy traumático. Paralizante. Nadie hubiera querido que pasara, teníamos una banda muy grande, que convocaba miles de personas, que estaba en un momento bueno, porque realmente no había una crisis interna para que pareciera que todo tenía que cortarse”, recuerda el hombre de los teclados y el acordeón, también poeta y cuya firma aparece junto a algunos temas memorables del combo, como “A los tambores”, “C.S.M”, “Desconexión sideral”, “Toco y me voy”, “Veneno de humanidad” y la mencionada “Negra murguera”.

“Fue algo que a él le sucedía”, se desahoga Subirá, y relata que “en lo personal yo lo viví de una manera, porque yo lo percibía desde antes, y lo pude charlar con él tiempo antes. Gustavo me decía que no, que estaba equivocado, que no iba a pasar lo que pasó”. Una década después, Subirá tiene cuidado en decir ciertas palabras, quizás para no herir susceptibilidades, pero quizás el herido, el que no quiere recordar demasiado, el que quiere responder palabras automatizadas y seguir, es él mismo.

Porque aunque anticipara la salida de Cordera, “había una parte de mi que no quería que pase. Fue una ruptura muy grande, muy dolorosa. Pero quedan los recuerdos”.

“Creo que para algunos integrantes de la banda fue peor que para mi, porque no se lo esperaban, los tomó a contrapié”, sigue Subirá.

“Ahora aquello está un poco lejos, y todo lo que pasó empieza a diluirse. Y además, en el medio pasaron cosas, como lo que ocurrió con lo de Gustavo”, afirma, refiriéndose a la imputación de Cordera por apología del delito e incitación a la violencia, por aquellos dichos sobre la violación.

“Eso generó una distancia aún mayor”, confiesa Subirá. “Pero en los últimos años creo que intentamos los dos recuperar la relación humana, porque va más allá de lo artístico”.

“La partida de Cordera fue un momento muy traumático. Paralizante. Nadie hubiera querido que pasara, teníamos una banda que convocaba miles de personas, que estaba en un momento bueno”

Lo cierto es que tras la partida de Cordera, en 2009, “pasaron un par de años”, relata Subirá “y pensamos que podíamos continuar con o sin él. Sabíamos que iba a ser difícil, que íbamos a afrontar un montón de desafíos, artísticos y también empresariales, ir al frente con el proyecto”.

SIGA SIGA

La Bersuit se rearmó con su núcleo original, pero tenían que volver a tocar en escenarios más chicos, y escuchar ese murmullo que se genera cuando el público desconfía: ¿estarían a la altura? ¿Podrían sobreponerse a la partida de un líder tan carismático, que además era su principal compositor?

“Cuando una banda llega a lugares tan altos, como tocar en River, el ejercicio de ir a un lugar más chico, adaptarse a circunstancias diferentes, hay que llevarlo de forma inteligente para no traumatizarse”, recuerda aquellos días el poeta de Lanús. Y de aquella experiencia, Subirá dice que extrajeron una sabiduría que no hubieran sido capaces de vislumbrar de otra forma: “Es parte de esta historia, y de la carrera de cualquier artista: así como crecés te podés caer, o podés entrar en ciertas mesetas. Son momentos, es dinámico: nosotros lo tuvimos que afrontar, aprender a convivir con esos cambios”.

“Son aprendizajes, y en realidad seguimos en ese camino, porque todo el tiempo aparecen nuevas circunstancias. ¡Como esta pandemia! Esperemos que nos deje algún aprendizaje: no va a ser fácil para nosotros, los artistas, que estamos acostumbrados a trabajar en vivo, y hoy no sabemos cómo va a continuar todo esto”, dice Subirá desde el teléfono fijo de su casa donde, dice, lleva “bien” esto del encierro, “escribiendo, tocando, tocando también con mis hijos, escuchando muchos discos, componiendo… con mucho más tiempo”.

Y adelanta que aprovechando el tiempo libre, “en estos días hicimos algunas cosas con los muchachos de Bersuit, con un sistema telefónico. Hicimos un par de temas en versión acústica, y ya lo vamos a mostrar. Se hace lo que se puede dentro de esta circunstancia tan rara como es el confinamiento, sobre todo para las personas que nos gusta la vida social: porque más allá de tocar, a mi me gusta estar con otras personas, con amigos, jugar al fútbol, ir al bar…”