El Teatro de City Bell “junta las piezas” para volver a empezar

Navegando las aguas inciertas que la pandemia trajo para el sector artístico, el Teatro de Cámara de City Bell no pierde las esperanzas en que esta situación se resolverá y aunque como todas las salas continúa con sus puertas cerradas, mantiene su espíritu vivo en las redes sociales gracias al apoyo de los artistas que generan contenidos para compartir en sus plataformas.

Administrado por la asociación civil sin fines de lucro Lumen Artis, el teatro es, en realidad, un pequeño complejo artístico -tiene tres salas de diferentes dimensiones y prestaciones- que tiene por objetivo contribuir al desarrollo cultural de la región.

Trabajar “no para ganar sino para no perder”, manteniendo un perfil artístico de calidad, como lo hace desde sus orígenes, hace 18 años, es un ideal difícil de mantener ya en situaciones normales , una situación que se ha profundizado en estos dos meses de cuarentena que se lleva adelante en el país para evitar el contagio de COVID-19.

“El hecho de no tener una finalidad estrictamente comercial sino cultural, significa funcionar dentro de un delicado equilibrio económico”, explica Agustín Bolzán, presidente de Lumen Artis.

El teatro, que aún cerrado sigue generando gastos, se solventa gracias a los ingresos por bonos contribución para las funciones que, como se sabe, quedaron en stand by y sin miras de cuándo se podrán retomar. Tampoco se reciben los aportes de anunciantes de los programas de mano, dado que la temporada no había llegado a comenzar, y es bajo el ingreso de las cuotas societarias que, en general, se cobran con el sistema tradicional de cobrador en puerta, algo que se paró, lógicamente, con el aislamiento social, preventivo y obligatorio.

Con el fin de mantener fieles sus principios éticos y estéticos, Lumen Artis ha rechazado en el pasado compromisos con entes estatales para evitar un eventual condicionante de su programación por cuestiones políticas, por lo que no recibe ningún tipo de subsidio y/o ayuda oficial.

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En este marco, el Teatro de City Bell está subsistiendo con “los fondos residuales de la temporada pasada, con los cuales se pensaba iniciar la temporada, pero no sabemos hasta cuándo se podrá seguir así”, revela Bolzán.

Para este 2020, la sala citibelense había programado 53 funciones, entre las que se destacaban artistas nacionales e internacionales, y una grilla que “ha quedado en el aire”, que mantenía la vara alta en la calidad de artistas y espectáculos: había música de cámara, galas líricas, tango, jazz, folclore, cine clásico, además del Festival de Primavera de Música de Cámara y el regreso del Concurso de Canto-Piano, esperado evento bienal con premios remunerados a los ganadores y un concierto de gala de premiación. Según explicaron desde el teatro, trabajan por estas horas “juntando las piezas” para rearmar el mejor cuadro artístico para cuando sea posible.

Ver el teatro cerrado le genera a Juan Carlos Carassale, su fundador y director general, “mucha tristeza”, sin embargo, casi de la mano, “uno encuentra también la alegría del acompañamiento y comprensión de los artistas, que nos envían su apoyo, nos animan y nos impulsan a no desfallecer frente a las dificultades”, reconoce. Sabe que este presente virtual no es el ideal, sin embargo, en este panorama que nos lleva a pensar estrategias creativas de reinvención, es la forma que encontraron para estar más cerca del público hasta ese día en el que vuelva a dar a sala y se levante otra vez el telón.