No era una carrera más

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Por EDUARDO TUCCI

deportes@eldia.com

No era una carrera más y el desarrollo fue justificando tal definición. Aunque inicialmente esa categoría de “prueba especial” lo daba el hecho de ser el “Gran Premio del 70 Aniversario de la Fórmula 1”, en la pista fueron otros los motivos que dieron marco a aquella presunción: Max Verstappen ganó por primera vez en Silverstone, Hamilton y las Mercedes perdieron el invicto de cinco triunfos consecutivos y en definitiva por una definición en la que mucho tuvieron que ver los boxes.

Los neumáticos volvieron a ser protagonistas, como hace una semana atrás en el mismo trazado, pero esta vez los festejos fueron para Red Bull. Con un trabajo de equipo impecable dio por tierra con los denodados esfuerzos de Hamilton y Bottas-los escuderos de Mercedes Benz-, que debieron conformarse con el segundo y el tercer lugar del podio.

En los que algunos definieron como una verdadera “partida de ajedrez”, el equipo técnico de Verstappen eligió los momentos justos para la detención y el recambio de gomas además de dar en la tecla con una excelente puesta a punto de su auto, el RB16. El ganador, a pedido del equipo, hizo su segunda parada en el giro 33 -en total fueron 52-, puso las gomas duras y aguantó con el mismo compuesto hasta la bandera a cuadros.

Mientras Red Bull hacía los cálculos exactos con la mejor manera de enfrentar el desgaste del caucho, las habitualmente imbatibles Mercedes sufrían desde el giro 12 en adelante problemas con las gomas que Hamilton les comunicó de entrada a sus ingenieros por radio, adelantándose a lo que sería una jornada complicada.

Hubo momentos de gran tensión en pista y también en los garajes. Cuando el actual campeón quedó como líder, los técnicos de su escuadra especularon con que podría llegar a la bandera a cuadros con las cubiertas que llevaba calzadas y esperar un final abierto con Verstappen. Con el correr de los giros, esos planes naufragaron: en la vuelta 42, Hamilton tuvo que ingresar a los boxes para que le colocaran las gomas duras.

La carrera dio lugar a confirmaciones diversas: el buen momento de Verstappen que con un manejo prolijo y contundente se impuso al equipo que ha venido dominando la situación a voluntad abonando la idea de muchos sobre que el holandés es el mejor “del resto”. También que el factor humano tiene incidencia y Red Bull lo demostró con la buena interpretación que le dio al cuadro de situación que planteó la competencia.

Gracias a la contundencia demostrada por la trilogía piloto-auto-boxes, Verstappen hasta tuvo tiempo para el humor: en un momento de la carrera, desde el equipo le pidieron que no exigiera tanto el auto y mermara el ritmo alto que traía, pero el ganador de la carrera no dudó en responder que no lo haría: “No voy a manejar como mi abuela”, les devolvió...

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