Las miradas se posan en las subas de los alimentos para definir la inflación

Los alimentos empujan hacia arriba a la inflación y ponen a miles de argentinos en la cornisa de las líneas de pobreza e indigencia, esas que el Indec mide de acuerdo al valor que asigna cada mes a las canastas básica total y la básica alimentaria.

La canasta básica alimentaria (CBA) es el conjunto de alimentos y bebidas que satisfacen requerimientos nutricionales, kilocalóricos y proteicos, cuya composición refleja los hábitos de consumo de una población de referencia, es decir, un grupo de hogares que cubre con su consumo dichas necesidades alimentarias.

La canasta básica total (CBT) amplía la canasta básica alimentaria (CBA) al considerar los bienes y servicios no alimentarios tales como vestimenta, transporte, educación, salud y vivienda.

Por quinto mes consecutivo los números de la canasta básica alimentaria (CBA) y canasta básica total (CBT) subieron por encima del índice de precios al consumidor (IPC-INDEC).

Tras los índices publicados en enero, la “línea de pobreza” para una familia de cuatro integrantes se estableció en $56.459. Esto significa que un hogar con dos adultos necesita 2,75 salarios mínimos (hoy en $20.588) para no ser pobre.

Para no caer en la indigencia un hogar argentino necesita ingresos mensuales por $27.586,3 o un 37 por ciento más que el mínimo, vital y móvil. Es decir, una familia con dos adultos que tienen dos niños, que trabajan 8 horas diarias y perciben un salario mínimo, no alcanza ni siquiera a salir de la pobreza.

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Por supuesto que en el medio están las ayudas sociales como la AUH, tarjeta alimentar y distintos planes que convierten en relativos a estos números, aunque su alcance es mucho más difícil de cuantificar.

El 60 por ciento de la población ocupada ganaba hasta $30.000 al término del tercer trimestre 2020, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) en diciembre pasado. Con el impacto de algún bono o rezagos de una paritaria, podría decirse que ese porcentaje de trabajadores no alcanzaba a cubrir casi la mitad de una canasta básica total a fines de año. Pero los alimentos presionan mucho en esta ecuación y las cifras de enero fueron preocupantes, con incrementos mayores al 30 en productos estacionales (frutas y verduras) y superiores al 10 en otros no estacionales (como la carne y el arroz).

En productos de almacén se registraron subas promedio de entre 10 y 30 por ciento

Entre los alimentos cuyo precio subió más en enero pasado se encuentran el filet de merluza fresco, con un 14,4 por ciento; Asado, 11,3 por ciento; cuadril, 10,3 por ciento; leche en polvo entera, 9,1 por ciento; paleta, 9,3 por ciento; salchichas, 6,5 por ciento; nalga, 6,1 por ciento, y vino común, 5,7 por ciento. En frutas y verduras, el limón un 39,4 por ciento; la naranja, 23,1 por ciento, y la batata, 14 por ciento, informó el Indec. También experimentaron alzas fuertes los siguientes alimentos: leche entera en polvo, 9,1 por ciento; banana, 8,6 por ciento; manzana deliciosa, 8,5 por ciento y queso cremoso, 3,8 por ciento.. Estos ajustes se dieron pese a los programas del Gobierno para que se vendan los cortes más populares -entre los que se encuentra la carne- a precios populares.

Según un relevamiento realizado por este diario en comercios de la Región pudo determinarse que hay aumentos en rubros como la carne que superan el 80 por ciento anual, mientras que algunos productos de almacén se dispararon más del 100 por ciento en los últimos 12 meses, y en frutas y verduras se ven incrementos del mismo orden que no tienen que ver con el factor estacional.

En productos de almacén se registraron subas promedio de entre 10 y 30 por ciento en los últimos dos meses, como en lácteos (20 por ciento), mermeladas y tomates envasados (15 por ciento), arroz (45 por ciento), alimentos para mascotas (30 por ciento), productos de higiene (20 por ciento), algunos artículos de limpieza (20 por ciento), gaseosas (15 por ciento) y cervezas (50 por ciento).

Ante la escalada de los precios de la carne, que en el último año se ubicó por encima del resto de los países de Sudamérica, según reveló un informe de Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), el Gobierno cerró un acuerdo con los frigoríficos exportadores del consorcio ABC -principales proveedores de los supermercados grandes- y las cámaras CADIF, FIFRA, UNICA, y los supermercados agrupados en la Asociación Argentina de Supermercados para vender 10 cortes de carne a precios populares. Entre ellos figuran la tira de asado ($399 el kilo); el vacío ($499 el kilo); el matambre ($549 el kilo) y la tapa de asado ($429 el kilo, entre otros). La venta empezó con polémica en las redes por algunos cortes de carne con mucha grasa, pero luego la oferta se acomodó, según explicaron a este diario fuentes supermercadistas.

QUÉ PASARÁ ESTE MES

Ahora los ojos están puestos en las subas de este mes, que además de la ya anunciada de la telefonía celular (7,5 por ciento) los alimentos parecen mover el termómetro. Estudios privados revelan que el aumento en el rubro “alimentos y bebidas” fue de 1,5 por ciento en la segunda semana del mes y acumuló 3,2 por ciento en la primera quincena, encabezados por subas en carnes, cereales y lácteos.

Según estimó Ecolatina, durante la primera quincena de febrero los precios minoristas registraron un aumento de 3,6 por ciento respecto al mismo período del mes anterior.

Un informe de la sociedad de Bolsa TPCG remarcó que la suba de precios está más atomizada en lo que va del mes, porque más del 50 por ciento de los precios del índice están creciendo a un ritmo superior al 4 por ciento, contra 30 por ciento del mes anterior. “Ante esta escalada sorpresiva revisamos nuestra estimación mensual del 3,6 por ciento al 4 por ciento”, señalaron, dejando ver que si bien los alimentos lideran las subas, otros segmentos también están acelerando fuertemente.

En tanto, un relevamiento de la de la consultora LCG, que mide en forma on line 8.000 precios en supermercados, explicaron que después de acumular alzas superiores al 1 por ciento por semana desde que comenzó 2021, el relevamiento refleja que los aumentos en la categoría alimentos fueron de 0,9 por ciento y 0,7 por ciento, respectivamente, en las dos primeras semanas de febrero y que por eso se encaminaría a un mes de menor incremento.

Según el informe, los niveles de precios medidos en febrero “dejan un arrastre de 3,5 por ciento para lo que queda de este mes”. Para la consultora, los alimentos completaron en la segunda semana de febrero su cuarta desaceleración consecutiva (desde el 1,9 por ciento que alcanzó en la tercera semana de enero), aunque hay algunos rubros que se resisten.

Por eso será clave la evolución de los precios en estos últimos días del mes.