El Gobierno porteño no sumaría más restricciones

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El Gobierno porteño toma distancia de las decisiones de la Nación y la Provincia y, al menos por ahora, no agregaría más restricciones ante el crecimiento de los contagios por coronavirus.

“Hay medidas” tomadas que están vigentes, sostenían ayer cerca del jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Apuntaban, por ejemplo, al horario de cierre de bares y restaurantes, que se mantiene hasta las 2.

La Provincia, por su parte, analiza restringir el horario para la circulación nocturna y limitar las actividades recreativas. También, en el distrito gobernado por Axel Kicillof se piensa implementar el teletrabajo para los empleados estatales.

Aumento de casos

“Está claro que hay un aumento de casos y son datos que se monitorean a diario. Pero entendemos que las medidas que están vigentes son suficientes y por el momento no es necesario sumar nuevas restricciones”, aclararon en el entorno de Rodríguez Larreta, quien ayer, en conferencia de prensa, aseguró que seguirá evaluando “día a día los parámetros” y que “las decisiones se toman en base a un conjunto de indicadores que se analizan con rigurosidad. En el momento en que se decida alguna medida se informará como siempre, con decisiones basadas en la evidencia”.

No es la primera vez que la ciudad de Buenos Aires se diferencia de la Rosada y la Provincia para tomar su propio camino.

Sin ir más lejos, semanas atrás, cuando el Gobierno nacional anunció que destinaría las vacunas chinas del laboratorio Sinopharm para inmunizar a los docentes de todo el país, desde la administración porteña anunciaron que seguirían con el plan original y las emplearían para vacunar al personal de salud. Después, la Capital usó 16.000 de esas dosis para docentes de nivel inicial y el primer ciclo del colegio primario; para directivos y personal afectado a ese tipo de tareas.

Distribución de vacunas

Otro cortocircuito tuvo lugar cuando el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, cuestionó la metodología de distribución de las vacunas. Puntualmente, el funcionario propuso revisar el mecanismo de adjudicación de las dosis teniendo en cuenta la incidencia de los grupos de riesgo en cada población y no la cantidad de habitantes por jurisdicción. Argumentó además que la ciudad de Buenos Aires era el distrito con mayor porcentaje de gente mayor de 60 años y personal de salud.

Aunque las primeras diferencias asomaron el año pasado, cuando el país recién empezaba a salir de la cuarentena estricta para avanzar con aperturas que permitieran reactivar la economía. Entonces, el gobierno porteño era el que proclamaba un perfil más aperturista, mientras que en la Nación y la Provincia se mostraban más cautos para evitar eventuales rebrotes y su consecuencia más temida: el colapso sanitario.

 

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