Messi sabe que es la copa para alzar y Scaloni, que si derrota a Ecuador, será el DT en Qatar
Edición Impresa | 1 de Julio de 2021 | 04:36

Por MARTÍN MENDINUETA
Pasado mañana, cuando el país futbolero programe la cena para ver en acción a su selección, habrá en juego bastante más que el mero premio de instalarse en la semifinales de la Copa América.
Ganar será lo único que servirá para mantener vivos los deseos colectivos y, también, unos cuantos objetivos individuales.
Una clara pregunta sobrevuela cualquier charla que busca mitigar la ansiedad: ¿Si este no es el contexto competitivo ideal para “saldar deudas” vinculadas con la gloria y con la felicidad popular, cuándo entonces será la ocasión más propicia?
Lionel Messi, quien está pasado de campeonatos ganados, copas levantadas y lujosos trofeos bañados en aplausos extranjeros, necesita ganar algo realmente significativo como capitán e ineludible símbolo de la Selección Argentina mayor. Sabe y siente que, debido a su largo recorrido vistiendo la camiseta celeste y blanca, debiera gestar por estos días la gran satisfacción para disfrutar él a pleno y, al mismo tiempo, dedicársela a todos los argentinos.
Varios mundiales y copas América han pasado dejando en la memoria huellas de rendimientos dispares e ilusiones desvanecidas por diferentes motivos. Hoy, con treinta y cuatro años recién cumplidos, parece ser el momento indicado para “sacarse de encima la mochila” de no haber festejado en grande con el equipo que lo cobija, lo mima, lo eleva y le exige como lo que es, su líder indiscutido.
Por todo eso es que, sí o sí, debe ser ser uno de los gestores de la victoria frente a Ecuador. Si lo deseado no sucediera, la temprana eliminación dejaría a la atmósfera nacional impregnada por el vaho de un nuevo fracaso. Así de duro. Así de realista.
EL ENTRENADOR RECIEN EMPIEZA Y NECESITA PISAR TIERRA FIRME
Lionel Scaloni, inexperto y mirado con cierto recelo por la manera en que accedió a tamaño privilegio, pelea partido a partido por convencer a los argentinos. Fue y sigue siendo la arriesgada apuesta de “Chiqui” Tapia, el presidente de AFA al que muchos quieren ver dejando pronto el seductor sillón que ocupa.
Scaloni tampoco puede fallar frente a Gustavo Alfaro. Mirar por televisión las semifinales y la final le generaría un disgusto mayúsculo. Y las críticas lloverían sobre su figura, todavía atlética, de un modo natural. En cambio, si logra instalarse entre los cuatro mejores del certamen, habrá cruzado la línea de expectativa mínima que tanto necesita para seguir siendo el DT y cumplir su gran meta: Dirigir en el próximo Mundial de Qatar.
Lógicamente, también le exigirán buenos resultados en las eliminatorias, donde los últimos dos empates no dejaron las más agradables sensaciones.
SI MEJORA LA CONTENCIÓN EN EL MEDIO, HAY POSIBILIDADES...
El entrenador, que ya ha probado bastante, tiene que encontrar el camino para cortar el juego del rival en el mediocampo. En esa faceta no ha sido eficaz. ¿Juntará a Paredez con Guido Rodríguez, o directamente se inclinará por el último? Paredes como único volante central es una fórmula que falla.
En el arco, encontró en Martínez a un protagonista sobrio y seguro. Nahuel Molina y Marcos Acuña son los que mejor se mostraron yendo y marcando por las bandas de la defensa. Lo Celso es el armador que permite quitarle presión protagónica a Messi y Nicolás González, una gratísima aparición repleta de vigor y frescura.
Argentina, el favorito, está ante una bisagra de su nuevo ciclo.
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