¿Un hecho aislado o la realidad golpea nuestra puerta?

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Es claro que cuando suceden hechos como la reciente masacre de Florencio Varela, donde queda un saldo de 3 muertos, un niño herido y más de 50 disparos en un aparente enfrentamiento entre bandas criminales, se habla de bunkers, soldados, droga, zonas liberadas; nos llama la atención.

Hace 15 años hubiera sido una noticia de México o Colombia; hoy es aquí, en Argentina, y todo esto debe tener un diagnóstico.

Actualmente en Argentina existen múltiples organizaciones criminales locales que combinan actividades lícitas e ilícitas y muchas de ellas poseen conexiones internacionales (crimen organizado trasnacional).

Funcionan con estructuras jerárquicas y con amplio rédito económico, ya que sus actividades son el tráfico de narcóticos, de armas, de personas (explotación sexual o laboral), clarificación de dinero de origen criminal, robo automotor y venta ilegal de sus partes, crimen cibernético (el que más ha crecido en esta pandemia), como para nombrar las más redituables, todo sumado a su logística y con un nivel de violencia en aumento.

Entonces nos encontramos en una disputa territorial de grandes intereses, que incluso van más allá de estas actividades, ya que buscan el control de manera ilegal de mercados formales.

Para esto, las zonas más vulnerables con grandes necesidades económicas son sus bases.

Como conclusión, las políticas de estado frente a este cuadro deben abordar el delito complejo local, regional y global para identificar, frenar y desarmar estas organizaciones criminales.

Diego Angeles

Especialista en Seguridad

 

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