Al no haber ganado, volverá a hablarse mucho de la manera de jugar del León de Zielinski

Ahora que no ganó, que jugó sin entregar un solo destello y que se fue a dormir sintiendo que dejó pasar una muy buena oportunidad para pelear seriamente por la punta del campeonato, volverá a tener protagonismo el debate genuino sobre la gran brecha que existe entre el juego de Estudiantes y la irreprochable eficacia que viene teniendo en la cosecha de puntos.

Desnudo de brillos, carente de asociaciones, perdiendo muchas (demasiadas) veces la pelota por malas entregas, pero sin dejar de volcar su intensidad habitual, el León del Ruso sumó un punto y un montón de opiniones vinculadas a su conocida matriz de juego.

Platense, modesto, humilde y sin atributos impactantes, lo complicó desde los primeros minutos. Y aún perdiendo, siempre daba la sensación de estar vivo, como intuyendo que las limitaciones del Pincha le iban a entregar una oportunidad de llegar al gol. Matías Tissera, que se sumó desde el banco, fue clave y, con total convicción, definió bárbaro ante la salida de Andújar.

El Calamar se fue satisfecho de nuestra ciudad, aunque lo más notorio fue el inconfundible aroma a decepción que quedó en cada rincón del vestuario local.

No haber ganado y, al mismo tiempo, haber desaprovechado una excelente oportunidad para compartir el máximo escalón con Talleres, desatará reflexiones que se escuchaban con bajo volumen por las victorias de las últimas fechas.

Se sabe, los triunfos maquillan defectos y gestionan, con éxito, perdones por errores cometidos. Esta vez no ganó (aun jugando mal como lo hizo, antes de recibir el latigazo del empate Manuel Castro tuvo un remate que le sacó el arquero Ojeda) y no le quedará otra que soportar las críticas que, merecidas, estarán en cada comentario.

HASTA EL GOL DE TUTI, PLATENSE LO COMPLICABA TOMANDO LAS MARCAS

Si bien a los veinte minutos los jugadores del Pincha se movían más tranquilos por la ventaja conseguida segundos antes, el inicio del juego mostró una versión albirroja bastante deslucida.

Este mal partido del León disparará reflexiones que estaban tapadas por las victorias

A partir de una tenencia precaria y desnuda de sorpresa para arrimarse al área rival, el anfitrión no conseguía acomodarse en el campo. Le costaba salir desde el fondo con pases certeros, tenía dificultades para combinar en el medio construyendo con vocación ofensiva y ninguno de sus hombres conseguía sobresalir en el entramado de una pulseada estratégica bien planteada por el Calamar.

El acierto a la red de Del Prete, que en un segundo se despegó de su marcador y sorpresivamente no tuvo ninguna dificultad para conectar el buen centro de Castro desde la esquina derecha, fue un remedio espectacular para todos los problemas que se estaban observando en el dueño de casa.

IMPRECISIONES, PASES MAL DADOS Y CAMBIOS TARDíOS

Sin haber perdido protagonismo en la parte más linda de la tabla, Estudiantes volverá a ser examinado por sus formas.

Instalado en la zona de clasificación a las Copas continentales, que en definitiva es el objetivo más racional de los que se planteó en el tiempo de realizar la pretemporada, será difícil calibrar los juicios de valor despojándose de la emotividad que instale el último resultado.

Sin dudas, Ricardo Zielinski y sus colaboradores le han hecho muy bien al fútbol profesional de Estudiantes. La decisión de ofrecerle la renovación del vínculo contractual parece una medida nacida del convencimiento dirigencial. Y, seguramente, está en sintonía con lo que piensa la mayoría de los hinchas albirrojos.

Puntos de un lado y rendimiento del otro. Eficacia en una vereda y estilo de juego en la otra. El Ruso, fiel a su manera de conducir, mantendrá las formas y serán, como siempre ocurre, los resultados los que terminen escribiendo la parte final del guión de esta película.

Estudiantes sólo dejó pasar una oportunidad de trepar bien alto. Y lo hizo jugando mal. ¿Acaso es grave? La respuesta es un no contundente.

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